Era el 2005, la época de 'Los galácticos' del Real Madrid. Beckham, Zidane, Ronaldo, Robinho y Figo estaban juntos en un mismo equipo, sin embargo, había uno que no contaba con la habilidad de los antes mencionados: Thomas Gravesen. El volante danés que había llegado del Everton donde disputó más de 100 partidos. Tenía la fama de ser un gruñon y un muy tosco volante. Gravesen tenía 28 y años y días antes a su fichaje ya había dado un ultimátum a su equipo. "Si el Everton no me deja ir al Real Madrid, tiro el estadio abajo".
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Florentino Pérez que por ese entonces cumplía su primera etapa como presidente del Real Madrid, también alabó el fichaje. No era para menos, en un equipo casi perfecto desde los nombres, la llegada de alguien con poco cartel parecía no importar mucho. "Hemos fichado al mejor jugador de Dinamarca, muchos lo quisieron, pero ya está aquí en España". Thomas Gravesen no se lo podía creer. "Estoy entusiasmado. Esta es la decisión más importante de mi carrera".
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El volante danés pasaría más tiempo lesionado y con un juego poco recordad. Una pelea con Robinho sería su sentencia de salida del Real Madrid. Regresaría al Everton el 2009 donde se retiraría con 33 años. Al parecer el talento con el que carecía en el campo de juego se le fue otorgado en las habilidades para el juego en el casino, ya que goza de muchos triunfos en Las Vegas, donde ha conseguido una gran suma de dinero.
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FPF tras audiencia en el TAS: 'Modestamente tuvimos la mejor defensa' https://t.co/MQuKJhEk5v pic.twitter.com/jqk9Anxdwe— Diario El Bocón (@elbocononline) 5 de julio de 2017