LIMA, 03 DE ENERO 2020

RETRATO A EDUARDO ROMAY, CAPITAN DE LA SELECCION NACIONAL DE VOLEY MASCULINO


FOTO: JESUS SAUCEDO OLORTEGUI / GEC
LIMA, 03 DE ENERO 2020 RETRATO A EDUARDO ROMAY, CAPITAN DE LA SELECCION NACIONAL DE VOLEY MASCULINO FOTO: JESUS SAUCEDO OLORTEGUI / GEC

En los últimos tres años, la selección peruana del masculino ha logrado un histórico ascenso en el ranking mundial de la Federación Internacional de Vóleibol (FIVB). Del puesto 147 logró escalar al 47 en base a mucho entrenamiento, pero poco apoyo, señala el capitán del equipo . Si bien el tema económico es clave para el desarrollo de cualquier deporte, Romay asegura que también existen factores sociales como los estereotipos de género que han impedido que el vóley peruano evolucione y destaque a nivel internacional.

“‘El surf es para pastrulos, el skate para vagos, el Karate para machonas’: Sofi Mulanovich, Lucca Mesinas, Miguel Tudela, Angelo Caro, Ale Grande (entro otros) regalándonos mucho, abriendo puertas, y dando lecciones. Qué lindo el día no se escuche que el ‘vóley es para cabros’”, escribió Romay días atrás en sus redes sociales.

—¿Por qué aún persisten esas ideas en la sociedad?

—Tenemos todavía una sociedad muy machista, conservadora y de mente muy cerrada. Estamos en una ciudad donde la gente no se está atreviendo a hablar y es justamente lo que debe cambiar. Los grandes cambios empiezan alzando la voz, pero falta que los protagonistas de los ataques de bullying den a conocer esta problemática.

IMPACTO EN LA SOCIEDAD

Los estereotipos de género son el conjunto de roles que la sociedad asigna a los hombres y mujeres desde una determinada edad y que definen como deben ser, actuar y pensar. Diversos estudios han indicado que los estereotipos quedan arraigados desde la adolescencia y pueden tener consecuencias negativas que impactan en la edad adulta e, incluso, generar situaciones de desigualdad y discriminación.

Eduardo Romay manifiesta que los estereotipos también frenan la carrera de un fututo deportista. Asegura que en el Perú existe chicos de 11 o 12 años que les gusta el vóley y tienen mucho potencial, pero abandonan su pasión por temor al qué dirán. También hay a quienes no les importa lo que digan los demás, pero que tienen a padres que les prohíben practicar este deporte porque les dicen que regresarán ‘medio amanerados’. “Lo que se está haciendo es frenar a los chicos que sí quieren desarrollarse en el vóley masculino, ese es el inicio de que no exista una cantidad de jugadores con la que podamos trabajar”, asevera el deportista.

— Y tú, ¿Cómo lograste superar los comentarios de esa sociedad conservadora?

— Cuando tenía 15 años media 1.92 y todos se burlaban de mí, pero cuando llegué al vóley me encontré con un grupo de personas en donde todos querían tener mi talla y me decían lo afortunado que era ser alto. Eso me hizo sentir muy apreciado con lo que tenía y dejé de odiar mi altura para amarla, eso hizo que las burlas y todo lo demás no me importaran más porque encontré un lugar donde aprendí a quererme y a ser agradecido con lo que tenía. Somos pocos los suertudos que tuvimos una familia que nos apoyó y que tuvimos el carácter para llegar, pero no es suficiente, la sociedad tiene que cambiar para que podamos crecer.

POTENCIAR LA INSTITUCIÓN DEPORTIVA

Además del conflicto social que hay en el vóley masculino, existe también una problemática a nivel institucional. “Creo que la FPVB es una federación en la que siempre ha predeterminado el vóley femenino y al cual se le da el 75% del presupuesto, el resto va para el masculino. No existe ninguna marca exclusiva para el vóley masculino”, sostiene el capitán del equipo nacional que juega como opuesto.

Eduardo Romay recalca que para que el vóley masculino despegue es necesario que todos pongamos de nuestra parte. “Todo esto es como un círculo”, asevera. Para que la federación tenga más recursos, las ligas nacionales tienen que tener buenas taquillas y para que eso ocurra es necesario que la gente se interese por este deporte y vaya a verlo. “Esto último implica un proceso de marketing en donde los medios difundan el deporte y para eso nosotros tenemos que ganar, pero necesitamos un poquito más de apoyo”, agrega.

Pese a todos los problemas, el equipo no se rinde y sueña con clasificar a las próximas olimpiadas de París 2024, pero antes deberá enfrentarse a Brasil y Argentina, ambas potencias en esta exigente disciplina. “Claramente está muy lejos de las posibilidades, pero estamos buscando siempre un podio, un tercer lugar en Sudamérica y así buscar -a largo plazo- París 2024 y si no se da, entonces intentaremos para las olimpiadas del 2028”, sostiene.

— ¿Cuál es la situación actual de la selección masculina de vóley?

— Lamentablemente por el tema de la pandemia, la federación nos canceló las dos giras que teníamos previstas para este ciclo y estamos yendo al Sudamericano sin previamente competir, en donde un Brasil, Argentina y Venezuela están preparados para un olímpico. Nosotros como seleccionados estamos entrenando duro y estamos tratando de destacar para que las siguientes noticias sea “Perú entra a una semifinal” y así generar más interés en este deporte.