Sharles Hernández

El día que conocí a Jordan Guivin recuerdo que una de las cosas que me llamó la atención era el largo viaje que hacia para llegar hasta la sede de la Universidad San Martín ubicada en Santa Anita. El sacrificio valió la pena y hoy, el chico que creció en el mismo barrio de Sandro Baylón, sueña con hacer historia en México.

Por aquellos años, era el 2019, Jordan Guivin debía madrugar para tomar un micro y salir de Payet hasta el óvalo naranjal. Ahí debía subir a un bus que lo lleve toda la Panamericana con destino al óvalo Santa Anita. Finalmente tomaba un último carro hasta la sede del club.

El viaje podía durar entre una y dos horas. Así Guivin en algunos casos hasta llegaba a dormirse. Muchas veces se quedaba en la sede del club hasta la tarde y luego emprendía el camino de regreso a casa.

Otra de las curiosidades de Jordan Guivin es que creció en el mismo barrio de Sandro Baylón, prometedor defensa de Alianza Lima que falleció un 1 de enero del 2000 cuando según cuentan ya tenía todo arreglado para firmar Werder Bremen.

La carrera de Jordan Guivin comenzó en Los Tigres de Independencia, pasó una prueba a San Martín y fue el único que se quedó. Permaneció en el cuadro santo hasta el 2020, este año llegó a Cienciano, quedó libre y dio el salto a México para fichar por los Toros de Celaya, club de la Liga Expansión MX.

“Estoy feliz y agradecido por este nuevo reto que estoy asumiendo en mi carrera. Siempre mi sueño fue representar al fútbol peruano en alguna liga del exterior”, escribió en su cuenta de twitter.

“Convencido estoy que con humildad, trabajo y perseverancia vamos a cumplir los objetivos trazados”, agregó. Sí, la misma humildad con la que salió de abajo puede llevarlo a hacer grandes cosas. Todo depende de él.

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