Paulo De la Cruz, con 18 años y ningún partido oficial con Universitario de Deportes, salvo el de la Noche Crema, generó mayor peligro y por lo más emociones que el llamado a ser referente en la zona ofensiva, Daniel Chávez. Aún justificada su contratación en la última parte del 2017, el ex Melgar consolidó una idea de juego: pasar inadvertido en la cancha.
Chávez no funcionaSin peso ofensivo, difícilmente Universitario de Deportes podría hacer daño. La finta y la ilusión sobrestimulada sobre De La Cruz es el resultado de la necesidad de creer en algo frente a un año tan complicado. El chico tiene condiciones, pero su presente sigue estando en el futuro.
Vargas no se encuentraJuan Manuel Vargas no ha tenido un rendimiento regular desde su llegada a Universitario de Deportes. Su sobrepeso ha sido hasta hoy su principal problema. Su pericia en el oficio no alcanza cuando es puesto a prueba en competencia física. No funciona ya de lateral, no lo hizo bien de volante y no resulta de central. Ante Oriente Petrolero agravó el problema defensivo con su ingreso.
Figuera y su vehemenciaArquímedes Figuera llegó a Universitario de Deportes con la alerta de sus expulsiones recurrentes. Ante Oriente Petrolero sumó su cuarta expulsión con la camiseta crema. Fue irresponsable, repitió una conducta de la que ya estaba advertido a no cometer. Perdió el control. No funcionó como referente, sino como un juvenil.
Pedro Troglio confió y seguramente sigue confiando en ellos como columna vertebral de Universitario de Deportes. Oriente fue superior principalmente por las deficiencias del equipo merengue. El viernes mucho debe cambiar porque darle vuelta es posible. Si vale como justificación para la esperanza, aún quedan los jóvenes.