Roberto Chale dice que estuvo cerca de la muerte, pero San Francisco de Borja y el ‘Puma’ Carranza, que contra su voluntad lo llevó al médico, le salvaron la vida y, gracias a ellos, puede seguir al frente de Universitario de Deportes.
ESCRIBE: CÉSAR MUNIVE
“Yo rezo todos los días en la iglesia San Panchito de Borja y le pido salud para mí y para los míos, pero el que me salvó la vida fue el ‘Puma’ Carranza, porque un día me dijo: ‘Profe’, lo veo mal, y a patadones me llevó a la clínica y me presentó a su médico que es un genio. Me hicieron una tomografía y una resonancia y en esos exámenes me encontraron un tumor en el riñón. Hicieron una junta de médicos y vieron que el tumor estaba encapsulado, es decir, no se había ramificado”, relata Roberto Chale, al recordar el difícil trance que le tocó vivir antes de ser operado.
¿Qué pasaba si no lo operaban a tiempo?
Fue una suerte que el ‘Puma’ me haya llevado al médico, porque si pasaban unos meses más, me iba a morir como Freddy Ternero, que no duró mucho. Yo trabajaba bien y comía bien, pero me estaba consumiendo porque seguía bajando de peso. Lo malo es que yo tengo diabetes y ese mal complicó todo.
¿En qué momento su salud se puso en peligro?
El 29 de marzo me puse mal otra vez. Esa noche vino la ambulancia a mi casa y cuando me hacen el examen de sangre, vieron que tenía 600 de azúcar, cuando lo normal es 100 y me internaron otra vez. Cuando me revisaron, descubrieron que el tumor era maligno, pero estaba encapsulado y hasta el oncólogo y el urólogo se sorprendieron.
¿Pese a la diabetes se descuidó?
Yo siempre tomaba mis pastillitas, pero cuando en setiembre volví a Universitario, me hice el engreído y dejé de tomar las pastillas y me subió el azúcar, pero el médico ya me dijo: “Señor Chale, usted es diabético, así que o se cuida o se va rápido”.
¿Cómo encontró a la ‘U’ cuando lo contrataron?
Cuando llegué en setiembre, me di cuenta de que al equipo le faltaba alegría; es decir, jugaban bien, pero sin convicción. Había buen juego en el armado, pero no existía la defensa. Mi estilo de siempre ha consistido en ir al ataque y apelar a la ofensiva. Al final, hicimos 28 puntos y casi campeonamos.
¿Por qué siempre está pendiente de los detractores?
Así soy yo. Ellos me siguen atacando y no dejan de hablar mal de mí. Incluso publicaron en una nota que de manera increíble, según una encuesta, yo tenía un elevado índice de aceptación y escribieron que los encuestados eran los malogrados de la victoria.
¿Qué pensaba cuando decían que Pajuelo le “hacía el equipo”?
Se meten conmigo en el plano personal. Yo daba las indicaciones y Pajuelo hacía el trabajo de campo y después decían: “Chale no hace nada y toda la chamba la hace Pajuelo”. Y ahora lo que hacía Pajuelo, lo hace el ‘Puma’ Carranza con Paolo Maldonado, pero todo bajo mi dirección.
El ‘Puma’ dice que lo ama a muerte...
El será muy brusco y tosco, pero muy noble. Ha cumplido 50 años, pero tiene una vitalidad enorme, porque dirige a la ‘U’, trabaja en el Callao y a medianoche juega fulbito; en cambio, yo a su edad no me movía, pero él es increíble. Con los médicos que son unas eminencias y son sus amigos, él se pone a hablar lisuras.
¿Cómo ha hecho para campeonar con un equipo tan joven?
Todo fue de la mano de Dios, porque si ves el fixture, te darás cuenta que empezamos a jugar contra los equipos que menos preparación tenían, como Ayacucho FC, que tenía buenos jugadores, pero nosotros les metimos cinco pepas en la altura. Y luego recién enfrentamos a los mejores equipos.
¿Le enorgullece tener ocho convocados en la selección?
Tengo sentimientos encontrados porque cuando la selección empiece a jugar, me quedaré sin ellos. Me duele cuando la prensa hace el once de la Copa América y no hay ningún jugador de la ‘U’; es decir, de los 40 me devolverán a los ocho.
¿Cómo afrontará la Copa Sudamericana?
Yo quisiera que mis jugadores jueguen igual que en el partido que enfrentamos a Colo-Colo, pero está claro que quiero llegar a la final de la Sudamericana y, además, el título nacional. Lo positivo es que mis jugadores encuentran en mí a una persona jovial.
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