ESCRIBE JOSÉ TORRES ORELLANA Sonaron las campanas en Matute. Gustavo Costas dejó a un lado el buzo de trabajo y se calzó su mejor traje para jurarle amor eterno a su amada Virginia Peirano. El técnico blanquiazul contrajo nupcias con la argentina, con quien tiene una hija. En estricto privado, la familia aliancista se reunió para ser testigo de la unión civil de la pareja. El escenario de la boda fue la residencia de Las Casuarinas del presidente del club Guillermo Alarcón, hasta donde llegaron amigos y dirigentes del club. Sin embargo, llamó la atención la ausencia de jugadores, ya que sólo el paraguayo Edgar González, junto a su esposa, se hizo presente en la ceremonia. El alcalde de Surquillo, Gustavo Sierra, oficializó la ceremonia y minutos antes el padre Rubén Risco llegó para darle la bendición a la pareja. »Bailó con Bee Gees “Este es el día más feliz de mi vida, porque le juré amor eterno a Virginia, una mujer maravillosa que me dio un hermosa hija que ilumina con su sonrisa mis días. Lucharé día a día para hacerlas feliz”, manifestó emocionado el entrenador íntimo tras firmar los registros civiles. No hubo vals, ya que los novios prefirieron bailar al ritmo de los Bee Gees, mientras sellaban su amor con un tierno beso. El titular aliancista le deseó felicidad a los recién casados. “Deseo los mejores éxitos para Gustavo en esta nueva etapa de su vida, me siento feliz y halagado por compartir con él y su familia estos momentos de felicidad”, refirió “Pocho”.///