La derrota en Chiclayo ante Aurich le dejó ingratas conclusiones a Gustavo Costas, quien, preocupado por el rendimiento de su escuadra, decidió que sus pupilos no descansen ayer y se puso a trabajar para remediar los males que acarrea su equipo. Una extensa charla con sus jugadores para manifestar su descontento con el accionar mostrado ante el Ciclón, dio inicio a la práctica matinal. Costas recriminó a quien debió y expulsó sus demonios a fin de que los errores no se vuelvan a cometer en las próximas fechas. De inmediato se puso a trabajar. Mientras sus dirigidos corrían y estiraban los músculos para recuperarse del cansancio en el norte, el técnico analizaba los correctivos que deberá aplicar la próxima fecha para reencontrarse con el triunfo cuando reciba al CNI, y acabar así con la sequía de triunfos tras cuatro fechas sin poder sumar de a tres en el Descentralizado.