El “Papá” no se rinde. Saca fuerzas de donde no las hay. Lucha, empuja, anota y sufre para seguir con vida, porque su historia le impide bajar los brazos. Porque el país entero que hace unos años gozó con sus logros, hoy hace fuerzas para que se salve. Esta vez dejó el alma en Huancayo, donde estuvo a punto de coronar la hazaña, pero un desequilibrante Johan Sotil y compañía le negaron la felicidad. Fue un tal Juan Pérez quien evitó que Sergio Ibarra sea beatificado en el Cusco. Con dos goles en su cuenta, el primero a los 14' de remate cruzado abriendo la cuenta para Sport Huancayo y empatando el encuentro a los 41' del segundo tiempo, se ganó la antipatía del país entero. Sin plata en los bolsillos, y apelando sólo a ese coraje interminable de sus hombres, Cienciano puso garra y algo más. Un inspirado Mariño forzó la jugada y le ganó la posición al golero Araujo, la “Rana” Huerta rechaza como puede y el balón en el aire es conectado por Tomasevich para darle vida al “Papá”. »Siempre moja A ras de campo el “Checho” observaba el partido con astucia de estratega, esperando el momento justo para despojarse del buzo y asumir el rol que más domina: el de goleador. El propio Ibarra ordena el cambio por el desgastado Tomasevich, y va a buscarse la vida en área contraria. Con la ilusión a cuestas Ibarra espera un buen centro de Mariño en el tiro libre, y a los 33' se eleva sobre todos para conectar el cabezazo cruzado y darle la ventaja a los rojos. Sin embargo la alegría es efímera, y tras un desequilibrio de Sotil, el tal Pérez convierte el empate. Con amor propio Cienciano fue en busca de la gloria, pero el colombiano Peña no aprovechó el error de Araujo a los 43', y la resignación llegó con el pitazo final. Ahora la angustia sigue latente, en el Cusco tienen que rezar para que Alianza Atlético no gane hoy y ponga a agonizar al “Papá”.///