ESCRIBE VALENTÍN AHÓN Desde los palcos que tiene el estadio del Alejandro Villanueva se veía un marco espectacular. Tribunas llenas como si se tratara de un clásico, la hinchada que empezaba con su repertorio futbolero, el presidente blanquiazul rodeado de los pocos amigos que le quedan y los jugadores que salían al campo pensando en el aplauso. Pintaba para una noche blanquiazul, para la celebración interminable y Alianza Lima, con gol de André Carrillo, solo pudo ganarle al Alianza Atlético por la mínima cuenta cuando los minutos extinguían el partido. La victoria no fue fácil de obtener porque el equipo de Sullana, conocedor de sus limitaciones, apostó por el orden defensivo. Roque Alfaro, el técnico de Alianza Atlético, se dio cuenta de que Costas planteó el partido para la velocidad de Carrillo y la inspiración de Quinteros. En realidad, seamos sinceros, el técnico blanquiazul no tiene más que ofrecer en materia ofensiva porque Junior Viza hace extrañar cada vez más a Joel Sánchez y Leonardo Torres no muestra argumentos para esperarlo. Alianza no tiene contundencia en su ataque y sigue sin poder reemplazar a los desequilibrantes del año pasado. Anoche, Carrillo, el nuevo engreído de Matute, le salvó el pescuezo a Costas y el técnico argentino sabe que la fortuna no se pone camiseta. »Duro de matar Cuando se juega de visitante en Matute hay una premisa que no se puede ignorar: la disciplina táctica y en esto Alfaro fue aplicado. Presentó una defensa cerrada donde destacó el colombiano Julián Carabalí y una volante que corrió todo lo que pudo. Adelante, mientras tuvo resto físico, Valladares complicó especialmente a Ramos. Los argumentos de Alianza Atlético, en algún momento, pudieron terminar en goles porque los jugadores blanquiazules cayeron en la desesperación. Si Camerino la embocaba, tras una gran jugada personal, y Jesús Rey acertaba al menos en un centro, la historia pudo ser nefasta para Alianza que dominó casi todo el partido pero que no encontraba el camino para asegurar la victoria. Hasta que apareció el nuevo potrillo. En el minuto 86, cuando varios hinchas abandonaban las tribunas y Costas masticaba bronca, Jorge Bazán peleó la pelota por izquierda. El rebote terminó en el pie zurdo de Trujillo que metió el centro y la cabeza de Carrillo dejó sin chance a Reyes. Se sufrió para ganar y por eso la celebración digna de una final. Una victoria agónica, cuando todo parece oscurecerse, sirve para trabajar tranquilo la semana que viene, para ver cómo mejora Alianza una alineación que no tiene llegada por los laterales y que sufre la ausencia de un creador. Pero eso será mañana. Ahora toca sonreír y no olvidar que Alianza ya tiene dos triunfos al hilo y está invicto y que la Culebra Carrillo ha hecho dos goles también, uno tras otro.///