Santiago de Chile JOSÉ TORRES Enviado especial Se acabó la ilusión. La terminó un pusilánime árbitro ecuatoriano que se sintió presionado, variando su primera decisión de anular el tanto y después desatender la indicación acertada de su juez de línea. El gol de Felipe Seymour en el minuto final del partido, segundo de la U de Chile, no fue lícito. Hubo offside clarísimo de tres jugadores chilenos que obstaculizaron la visión de George Forsyth y no debió ser validado. La Regla XI es clara. Por más que el balón haya chocado en la testa del “Negro” Gonzáles, eso no habilita la acción para que Carlos Vera, el incapaz ecuatoriano, le diera validez al gol de la vergüenza de los mapochinos. La derrota de Alianza fue injusta. Besaba la gloria y se le esfumó de las manos. Jugó un excelente primer tiempo aunque decayó en el segundo, pese a ellos fue más que su timorato rival que jugó asustado, sin ideas y que tuvo que soportar la mayor parte del partido el mejor toque y funcionamiento de los peruanos. Alianza empezó bien. Con un desborde espectacular del “Zorrito” Aguirre por izquierda. Sacó un centro de zurda para la cabeza de Fernández que anotó el tanto y le costó un diente. La jugada no fue clara y pareció que el arquero Pinto la había salvado de la raya, pero el árbitro cobró. El 1-0 transitorio esperanzador obligaba ir a los penales. En el segundo tiempo, Costas hizo ingresar a Walter Vílchez por Villamarín temiendo su amarilla. En tanto, Oscar Vílchez reemplazó a un agotado Quinteros de buena producción en el primer tiempo y, paradojicamente, decayó el accionar de los “intimos”. La U de Chile le empató, tras un desborde de Puch por izquierda. Centró a ras entró Eduardo Vargas y decretó la igualdad. Pero cuando faltaban 4 minuutos una buena jugada de Montaño sacándose tres de encima se la dio a “Zlatan” Fernández quien sacó el derechazo venciendo a Pintos y alimentando la ilusión. Y al final del partido vino la jugada polémica. El remate de Seymour desde fuera del área. La pelota se desvía en Gonzáles. Tres chilenos adelantados. Uno amaga meter el cabezazo, particopando en la jugada, incidiendo en la visibilidad de Forsyth. El juez de línea levanta la bandera. El árbitro le hace caso. Anula el tanto, pero lo presiona Pelusso y compañía, cambia de decisión y valida el tanto perjudicando a Alianza. Los íntimos regresan con la frente en alto. Pusieron todo. Alianza jugó bien, se pudo traer la clasificación, pero nuevamente un ecuatoriano nos perjudica. Nos malogra la fiesta. Lo que pareció un baile terminó en un velorio. Y eso duele y da bronca.