Alianza Lima camina por un sendero peligroso, al límite y -si se quiere- mortal, donde cualquier tropiezo se multiplica y puede generar resginación. El cuadro blanquiazul tenía prohibido conseguir un resultado distinto a la victoria anoche en Matute; pero el destino le tuvo un final indeseado y doloroso que lo pone en una situación complicada: decirle adiós al título del Torneo Clausura.
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No había lugar para el error en un partido que debía asegurarse en teoría para desplazar al eterno rival de la punta del torneo; no había razón para pensar que esa oportunidad esperada para asaltar el liderato iba a diluirse en 90 minutos que parecieron cortos; no hay justificación para explicar por qué un equipo que empezó bien terminó por perderse en un camino sin rumbo, solo y con la mirada hacia el piso.
Esa sensación de derrota todavía está latente en los corazones blanquiazules pese al empate 2-2 ante Carlos A. Mannucci. Hay que aceptar que el sinsabor permanece en los paladares y la frustración no pasa de la noche a la mañana. Se sumó un punto, pero queda la sensación de que se perdió un campeonato.
Sin ser más que el rival, Alianza Lima pasó apuros para sostener una ventaja de dos goles a favor conseguidos en pocos minutos. Dejó escapar el partido de sus manos y fue superado, en ocasiones, por un cuadro ‘carlista’ trepidante, peligroso y capaz de hacer daño a una defensa local que no conecta, no convence. Ese fue el partido, un elenco blanquiazul tratando de encontrar el tercer gol frente a un equipo trujillano que fue de menos a más durante el encuentro y logró el empate.
Cambio de libretoLa noche victoriana fue testigo del cambio drástico que experimentó Alianza Lima. Aquel inicio abrumador y efectivo frente al arco rival pasó a ser una situación incómoda de desesperación. A los 8’, Aldair Fuentes aperturó el marcador con un cabezazo firme y directo al arco de Manuel Heredia.
La pelota parada, ese recurso bendito que da y quita, resultó ser una forma de sacar ventaja y tomar lo que vino con tranquilidad. Incluso, el panorama pintó mejor para Alianza Lima luego del tanto de Federico Rodríguez. El ‘Pelado’ encontró un rebote en el área que empujó adentro de las redes ‘carlistas’ para anotar el 2-0.
El goce en el campo y la fiesta en la tribuna se hicieron presentes en el estadio. Pocos pensaron en que todo lo mostrado hasta entonces iba a transformarse por completo; que aquel sueño de dormir en la punta iba a convertirse en pesadilla.
Mejoró Mannucci minutos después de recibir el segundo gol. Y lo hizo de gran manera, empujando y metiendo de pelota parada. A los 17’, el cuadro trujillano ejecuta un córner que pivotea Rodríguez; el balón le queda a Osnar Norohna, quien de media vuelta bate a Pedro Gallese y descuenta.
El asunto se complicó aún más antes del descanso, cuando Jean Pierre Fuentes estrelló su disparo en el travesaño del arco aliancista, como si fuese una señal de lo que vendría después para los ‘grones’.
Pero todo terminó en el complemento. A los 47’, Joao Villamarín finaliza en golazo un contragolpe letal de Mannucci. Desborde por derecha, control y remate cruzado para el empate final. Alianza Lima quiso recuperarse y puso toda la carne al asador sin éxito. El desenlace estaba consumado.