La rebeldía, si está bien conducida, trabajada y enfocada, trae efectos positivos. Digan lo que digan, es necesaria una cuota de ella. Nos permite desafiar el esquema, salirnos del cuadro y sorprender, dejar al mundo atónito. Pero eso le faltó a Alianza Lima. Abro hilo.
Escribe: Renzo Morales Rojo
(2/13) Esa rebeldía la tenía, en su momento, Luis Aguiar. Luego Alejandro Hohberg. Y el último, obviamente, es Kevin Quevedo. Los llamados a hacer lo ilícito, al golpe en la mesa, a cambiar una historia. Pero el problema nace cuando no están. Los ‘grones’ se vuelven predecibles.
(3/13) Es más, transmiten una pizca de aburrimiento. Y eso genera tranquilidad en el rival, que sabe que aguantando atrás, lanzando y forzando el error, podrá sacarle un resultado positivo: le funcionó a César Vallejo, casi le resulta a Cantolao y ahora lo intentó Deportivo Municipal.
(4/13) La ‘Franja’, que también quiere escalar en la tabla, puso a correr a los blanquiazules, pero no contó con tener a un renacido Leao Butrón en el arco, firme bajo los tres palos, que sacó casi sin despeinarse cada tiro que se lanzó, demostrando que puede aún ser titular.
(5/13) Y cuando más extrañaban a Kevin Quevedo, la rebeldía se esparció en el Mansiche, rociando un poco de ella en cada jugador de La Victoria: Rinaldo Cruzado probó de fuera del área, Balboa fue el que más cerca estuvo al quedar solo frente al arco y mandarla alta y fuera del campo.
Mil veces Leao(6/13) Por un instante, el partido recuperó emoción. Alianza Lima iba a buscar el gol y Municipal le respondía con ataques igual de peligrosos. Pero, así como sucedía en los años pasados, Leao Butrón fue otra vez el héroe. Sacó disparos largos, cabezazos a quemarropa y más golpes.
(7/13) La rebeldía estaba con él ahora. Ya le habían ganado a la escuadra victoriana en Trujillo, y él quería ser quien le dé vuelta a la página, quien cambie la historia y permita a Alianza salir airoso de Mansiche. Y, con un golero así, arriba todos eran libres.
(8/13) Y la libertad siempre, y está comprobado, trae rebeldía. La misma que se representó en esa expresión de Adrián Balboa, con la lengua afuera y su mirada enfurecida, tras anotar el 1-0 en un instante en que todos firmaban el empate en la primera mitad del duelo.
(9/13) Pero eso es lo bonito e increíble de esto. Se podría decir que el gol nació sin pensarlo, de un centro largo de Riojas, quien no es el asistidor común de Alianza Lima. Pero, así son las rebeliones siempre, ¿no? Inician por quien y cuando menos se espera.
(10/13) Luego, Alianza fue un desacato. Una insumisión a esas críticas, que le piden jugar mejor al fútbol, para someter a ‘Muni’ con su fórmula preferida: matar el encuentro y atacar cuando es necesario. Buscó, tuvo un palo y más oportunidades desaprovechadas ayer.
(11/13) Y, a los 84’, Rodríguez, de un cabezazo, puso el segundo. Todo liquidado. El partido ya era de los blanquiazules. El primer lugar era de ellos. Pero, digo otra vez “rebeldía” para que haya énfasis en ella. Alianza Lima sufre sin sus rebeldes y ‘Muni’ los halló.
(12/13) Cuando la hinchada ‘grone’ ya celebraba. Esa ‘Franja’ se volvió una insignia, como fue el coraje en la rebelión de Túpac Amaru II, y en solo siete minutos (los últimos) empató. Larrauri y Bogado de penal marcaron para poner el 2-2 final.
(13/13) Dos faltas innecesarias en el área fueron suficientes para sentenciar el empate. Alianza padeció su falta de efectividad. Todo se dio para que sean punteros, pero así se da una rebelión. Ambos defienden sus causas y solo uno se lleva el trono. O ninguno. Cierro hilo.