Por estos días el ánimo de los cremas no es de los mejores. La caída en el clásico, las deudas y el radical cambio de sistema de juego han afectado la tranquilidad del equipo que anda desenfocado de su objetivo. Si ya de por sí es complicado levantar el ánimo del plantel tras perder de local ante el “compadre”, ver que llegó la quincena y no hay señas de abono en sus cuentas complican más el asunto. Empero, eso no es todo. En el interior del equipo transita un malestar incontrolable. Y es que el cambio brusco de forma de juego ha confundido a más de uno. El sistema que busca implantar su nuevo técnico Salvador Capitano con el balón bien jugado, no es asimilado por los jugadores, que siguen acostumbrados al fútbol antiestético que implantó el “Cabezón” Juan Reynoso. Por esta razón las prácticas cremas están cargadas de malestar e incomodidad, pues pasan los días y los trabajos no salen a la perfección, y encima los problemas económicos no tienen solución.