Los fiscales de los Estados Unidos solicitaron que se les permitiera presentar pruebas sobre la delincuencia organizada por presuntos conspiradores, tres expresidentes de federaciones sudamericanas que están implicados en una amplia red de corrupción de la FIFA y a los que se han fijado ir a juicio a finales de este año. Manuel Burga, expresidente de la FPF, forma parte de este grupo.El mes pasado, los fiscales obtuvieron una acusación limitada contra los tres acusados en el caso de corrupción, en mayo de 2015, quienes han aparecido en la Corte Federal de los Estados Unidos y se han declarado no culpables: Juan Angel Napout, expresidente de la Conmebol; Jose Maria Marin, expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol; y Manuel Burga, expresidente de la FPF, informó Zachary Zagger, periodista legal y actual reportero del portal SportsLaw360.
La nueva queja ha excluído a los acusados que se han declarado culpables y por lo tanto es significativamente más corta que las 240 páginas iniciales y sustituye a la acusación presentada en diciembre de 2015. La acusación servirá como el documento de carga operativa para los tres hombres implicados en el caso de corrupción FIFA, para su juicio este noviembre.
Sin embargo, los fiscales dijeron a la corte que tienen la intención de ofrecer pruebas de soborno y chantajes más allá de ese específico a los tres funcionarios, diciendo que la evidencia de la conducta criminal de los presuntos conspiradores será necesaria para probar el esquema de chantaje que los hombres son presuntamente parte, entre ellos Manuel Burga.
Los fiscales han alegado un amplio esquema de corrupción en el que los funcionarios internacionales de fútbol tomaron sobornos para premiar los lucrativos derechos de comercialización del fútbol. En total, más de $200.000.000 se alega que han sido pagado en sobornos, en este escándalo FIFA. Hasta ahora son 24 acusados que se han declarado culpables.
Tres más están programados para el juicio el 6 de noviembre: Napout, expresidente de la Conmebol; Marin, expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol; y Burga, expresidente de la FPF.
Los fiscales argumentaron que la evidencia relacionada con presuntos conspiradores es necesaria para mostrar el plan general de chantaje y proporciona antecedentes a las situaciones de los acusados. Argumentaron además que las pruebas no serán injustamente prejudiciales, sobre todo porque los acusados han impugnado la evidencia del propio esquema del gobierno.