Durante años se hizo pasar como sacerdote o ‘altomisayoq’ y aseguraba a sus incautas clientes que tenía poderes para hablar con los ángeles y curar enfermedades. Así, con este engaño, Braulio Vera Puma (50) abusó sexualmente de tres mujeres y por estos delitos la Segunda Sala Penal de Apelaciones de Cusco lo sentenció a cadena perpetua.
De acuerdo a la denuncia del Ministerio Público, los ultrajes se cometieron en varias oportunidades y bajo amenaza. Les hacía creer a sus víctimas que sus esposos e hijos caerían en desgracia existiendo una manipulación y sugestión sicológica, para no ser denunciado ante las autoridades. Incluso las agredía físicamente con un chicote, cuando ellas se negaban a cumplir el ‘tratamiento’.
Las violaciones sexuales a las clientes ocurrieron en una habitación de la vivienda del suegro de Vera Puma, ubicada en el distrito de Lamay, en la provincia cusqueña de Calca. Ahí, apagaba las luces para realizar rezos y les decía a las mujeres que si abrían los ojos se quedarían ciegas, circunstancia que era aprovechada para concretar los delitos.
La sala ratificó la sentencia impuesta por el Colegiado Supraprovincial A, por las declaraciones reiterativas de las agraviadas y los testigos; exámenes médicos y evaluaciones sicológicas.
Estos hechos se dieron por más de cinco años, hasta que una de las agraviadas intentó quitarse la vida, contando lo sucedido a su esposo, que denunció al violador junto a otras víctimas.