El mundo sigue registrando nuevos casos de COVID 19 y a la fecha ya hay más de 8 millones de casos confirmados que viene dejando la pandemia mundial. Como todo virus, deja secuelas en el ser humano y una de ellas es la fatiga crónica.
Un escocés llamado Callum O’Dwyer de 28 años se contagió de COVID 19 en marzo y si bien ya se recuperó, hay secuelas en su cuerpo que le impide hacer sus cosas con normalidad, pues se trata de la fatiga crónica que lo hace sentir un cansancio extremo.
“Recogí un par de cosas para llevarme a casa y trabajar desde allí (...) Me sentía muy cansando, con náuseas, y hora tras hora aparecían nuevos síntomas: empecé a tener fiebre y luego surgieron más cosas”, indicó O’Dwyer en la BBC.
Asimismo, el escocés contagiado agregó que aparte de la ‘gripe’ fuerte que tuvo al inicio, nunca se había sentido así. “Desde el principio, sospeché que probablemente fuera covid y seguía sintiendo una intensa falta de aire, sumado a fatiga y debilidad muscular”.
Los médicos le dijeron que había entrado a la fase post-viral en su proceso de recuperación y es por ello que tenía la fatiga crónica. “Me quedaba descansando en la cama por seis u ocho horas al día y me costaba levantar cualquier cosa. Y soy un tipo de 28 años que hasta hace poco corría carreras”, agregó.
Si bien es cierto que O’Dwyer no padecía de ninguna enfermedad, expertos señalan que varias personas contagiadas han presentado el mismo tipo de fatiga y es parte del proceso, pues es una condición debilitante de largo plazo en la que la persona afectada experimenta una serie de síntomas.