Ricardo Gareca estaba en la tranquilidad de su casa cuando su teléfono sonó. Eran inicios del 2015 y no esperaba ninguna llamada, pero algo le dijo que debía contestar. Al otro lado de la línea estaba Juan Carlos Oblitas, director deportivo de la FPF, quien lo saludó y le dijo que quería visitarlo en Buenos Aires para hacerle una propuesta que podría interesarle.

Llegó el día y ambos se reunieron en un lugar céntricos de la capital argentina. El ‘Ciego’ le ofreció personalmente la dirección técnica de la selección peruana y el ‘Tigre’ dudó’. “Lo voy a pensar”, le dijo a Oblitas, quien estaba convencido de que Gareca era el DT indicado.

El ‘Flaco’ ya había rechazado días antes dirigir a Costa Rica. “A pesar de que la vi en el Mundial y me gustó mucho, no conocía Centroamérica”, contó a ‘Clarín’; pero Perú tenía algo distinto. Y luego de conversar con su gran amigo Cacho Córdoba, excompañero suyo en Boca Juniors, le dio el “sí” a Oblitas sin saber que estaba destinado a cambiar la historia de la selección peruana.

Un nuevo destino

El primer reto de Gareca fue la Copa América Chile 2015. Con solo dos partidos previos de preparación, logró el tercer lugar del certamen tras vencer 2-0 a Paraguay. El ‘Tigre’ echó mano de rostros conocidos como Claudio Pizarro y Juan Vargas, y defendió de las críticas a Christian Cueva, quien empezaba a tomar mayor protagonismo en la bicolor.

Llegó el inicio de las Eliminatorias con un saldo desfavorable: de 6 partidos apenas logró 1 triunfo y 1 empate. El resto fueros derrotas. Pero la historia cambió tras la Copa América Centenario 2016, cuando Gareca apostó por el recambio y llamó a los jóvenes con hambre de gloria. Aparecieron Miguel Trauco, Raúl Ruidíaz, Edison Flores, Aldo Corzo y Andy Polo. Todos nuevos y con ganas de mostrarse, apoyados en referentes como Paolo Guerrero, Alberto Rodríguez y Yoshimar Yotún.

Los resultados se vieron en el camino hacia Rusia 2018. Si bien los 10 primeros partidos apenas logramos 8 puntos, el panorama cambió: conseguimos 21 puntos en 11 compromisos, toda una hazaña para la bicolor que tocó su punto máximo con la clasificación al Mundial tras 36 años sin éxitos.

Quizá en el Mundial merecimos más. Caímos en primera ronda, pero el romance con Gareca continuó. El ‘Tigre’ renovó por tres años con la ‘sele’ y nos dio un subcampeonato continental en Brasil 2019. Pasaron 44 años para disputar nuevamente una final de América.

Hoy, con el inicio de las Eliminatorias a Qatar 2022 cerca, Gareca nos ilusiona con lo que puede lograr. Ya no es un inexperto y ahora tiene un universo de jugadores más amplio. Llegó para cambiar la historia.///