Luego de que Roger Federer ganara la final del Abierto de Australia ante Rafael Nadal y cumplir con parte de los compromisos como saludar al público, dar su discurso y posar para las fotos, Roger Federer fue en busca de lo que faltaba para cerrar su gran día: el abrazo con su esposa Mirka Vavrinec.
Fue un encuentro interminable pese a los 15 segundos de duración porque él parecía agradecerle todos y cada uno de los pasos que ella da detrás suyo, porque lo acompaña de manera incansable, y ella, la que siempre confió en él, lo hizo una vez más.
El nombre real de Mirka es Miroslava Vavrinec. Ella es tres años mayor que Roger Federer y, como él, fue tenista profesional. Incursionó en la disciplina a sus nueve años, cuando tras asistir a un torneo en Alemania fue vista por Martina Navratilova e inducida por la estrella a dedicarse al deporte.
Mirka Vavrinec, nacida en Eslovaquia pero emigrada a Suiza a los dos años, llegó a ser N°76 del ránking de la WTA en septiembre de 2001. Para entonces ya había conocido a Roger Federer. El primer encuentro entre ambos fue en 2000, cuando ambos representaron a Suiza en los Juegos Olímpicos de Sydney.
“Aunque congeniamos muy bien durante todos los Juegos, Roger no me besó hasta el último día de los Juegos Olímpicos", dijo ella una vez que se conoció la relación entre ambos. Mirka Vavrinec no pudo seguir jugando mucho tiempo más debido a una lesión en uno de sus pies pero desde aquella experiencia olímpica no se separó de Roger Federer. "Cuando me retiré, estuve un tiempo en muletas y muy apenada por tener que dejar mi profesión. Roger me ayudó mucho en aquellos momentos y me devolvió mi vida tenística a través de él. Sus victorias eran casi como si fueran mías", agregó.