Para Ronda Rousey la UFC ya es cosa del pasado. La rubia ahora tiene como objetivo ser la nueva reina de la WWE. Al menos empezó con el píe derecho en su debut en el WrestleMania 34 y, de paso, se ganó el cariño de todos los aficionados de la lucha libre.
Las 78,133 personas que se dieron cita al Mercedes Benz Superdome de Nueva Orleans habían esperado con muchas ansias ese momento: de hecho, la camiseta de Ronda Rousey fue una de las más requeridas por el público en la previa. Su nombre era ovacionado al unísono y ahora solo restaba que ella demostrara lo que vale.
En su estreno, Ronda Rousey se enfrentó a Triple H y Stephanie McMahon en una lucha por parejas (competía junto con Kurt Angle) y demostró que estaba a la altura de las circunstancias y acoplada al ambiente que se vive, dentro y fuera del cuadrilátero, en el WrestleMania.
Aunque McMahon recurría a algunas jugadas sucias para tratar de dominarla, en líneas generales Ronda Rousey le dio una paliza. Al grito de “Let’s go Ronda”, la rubia agarró tal moral que retó al mismísimo Triple H, que aceptó el desafío. Esto hizo enloquecer a los aficionados. El delirio fue total cuando Ronda cargó sobre sus hombros al pesado luchador. No queda duda: ha nacido una nueva estrella en la WWE.