El próximo 14 y 15 de octubre se realizará el primer World Business Forum digital en el mundo. El enfoque principal será ‘La era de los Remakers’, tema elegido por los organizadores del WBF, tras los grandes cambios que ha traído consigo la pandemia y la necesidad de reinvención, resurgimiento y reconexión.

Edurne Pasaban explica qué encontraremos en este evento. “Después que terminé los 14 ochomiles, estudié Ingeniería me formé en una escuela de Negocios, hice un Master de Empresas porque ya veía que podía aplicar mucho los valores y aprendizajes que tuve en la montaña en el mundo empresarial. Al ser también hija de un pequeño empresario aquí, había tenía la empresa desde pequeña muy cerca y alguno de los valores que mi padre me inculcó me valieron en las expediciones".

"Estos diez años me formé y me dedico hacer este tipo de conferencias en diferentes eventos. Soy profesora en escuelas de Negocios en España. El año pasado fue la primera vez que participé con el WOBI y ¿qué es lo que le puedo aportar en un lugar como este? Durante diez años tuve un reto, un objetivo en mi vida y al final son los objetivos que puede tener cualquier líder que me escuche en mi ponencia. He liderado equipos para lograr estos objetivos. Sobre todo hablaré de la capacidad de gestionar el cambio y adaptarnos a ellos. Por ejemplo, es lo que estamos viviendo todos y hemos tenido que adaptarnos. Una de las cosas más importantes en estos tiempos es ser resilientes. Encontrar eso que te tire para adelante. Lo que nos preguntamos antes ¿Qué es eso que empujaba a Edurne Pasaban cuando estaba mal?”, explicó Pasaban en una entrevista.

¿Cómo combinas el alpinismo con tu vida personal?

Ahí es cuando me di cuenta que podía dedicarme a esto. Ahí es cuando bajo de una montaña y gano confianza en mí misma y es en ese momento cuando comienzo a pensar ¿por qué no puedo terminar los catorce ochomiles y me planteo un reto muy grande en mi vida profesional. Pero obviamente que para hacer los catorce ochomiles y dedicarle diez años de tu vida a una profesión como la mía, a un reto tan grande he tenido que dejar muchas cosas de la vida personal sin hacer. Es difícil cuando tienes una balanza y tienes que decidir, como en mi caso, si dedicar todo el esfuerzo a escalar montañas y quizás decir que no a poder tener una pareja o a ser madre o a tener una vida quizás más cotidiana como la que tenían mis amigas. Yo te estoy hablado de aquel momento, cuando tenía 31 años, y a esa edad nuestra sociedad piensa que la mujer está preparada para tener una familia.

Ahí tuve una pelea interna muy grande porque no me era fácil combinar mi vida personal con mi profesión. El año 2006 fue muy complicado para mí y no escalo el Himalaya porque estuve enferma, tuve una depresión muy grande, sobre todo porque no encontraba respuestas a todos esos planteamientos que comenté. Porque la sociedad, el entorno me pedía que me casara, que tenga hijos y que mi profesión, que era tan volátil, tan insegura y tan difícil, era difícil vivir de aquello. Y, me costó muchísimo, de hecho ese año estuve ingresada en un hospital cuatro meses porque la depresión me pegó muy fuerte, pero supe darle la vuelta gracias a los compañeros que tuve y porque me di cuenta que a mí lo que me apasionaba era mi profesión y era muy feliz haciéndolo. Que quizás no era como todas las mujeres a mi alrededor o mis amigas que tenían un puesto fijo en una empresa o tenían una familia. Yo luchaba por una profesión y por algo que quería conseguir y obviamente necesitaba mucho esfuerzo, pero aquello me hacia feliz. Gracias a eso aprendí a mirar dentro de mí y aprendí que lo que me hacía feliz era mi profesión.

Eres una de las deportistas mujeres empoderadas a nivel mundial. ¿Cómo te sientes al saber que muchas niñas, jóvenes y mujeres pueden seguir tu ejemplo y lograr alcanzar sus metas a partir de tus experiencias ?

Mi profesión siempre fue un mundo muy masculino y un deporte difícil, muy minoritario seguramente en vuestro país (Perú) como en el mío. Cuando yo comencé a escalar y hacer himalayismo tenía a penas 24 años y fui por primera vez a una expedición. Y a esa edad una niña estaba en un campamento base con grandes alpinistas, con casi todos hombres y veían a una niña de 24 años que iba a escalar y su pregunta era “¿a dónde va esta chavala?”. Pero yo creía en mí y sobretodo creía en lo que sabía hacer y me apasionaba; en muchos momentos tuve que hacer como que no escuchaba los comentarios que hacían sobre mí en aquel sitio. Imagínate que era un sitio de hombre con muchos egos con una chavalita subiendo esas paredes. Los hombres del campamento base me preguntaban “¿pero tú cuánto te has tardado en subir 7 mil metros?” y yo les respondía “en cuatro horas” y escuchaba comentarios como “bueno, si ella ha subido en cuatro horas, yo mañana subiré en tres y media”. Entonces yo decía dentro de mí “pero este tío qué se piensa”.

¿A quienes agradeces en tus primeros pasos?

No fue fácil, pero también debo decir que gracias a los compañeros que tuve a mi lado, los que me enseñaron y los que que me acompañaron en las expediciones, mis compañeros de verdad y no la gente que me encontraba, que creían en mí pude afrontar esto sin problema y pasar de todo. Pero al final si nosotras creemos en nosotras mismas, que es lo importante pero a veces cuesta, y nos damos cuenta que lo que hacemos nos apasiona podremos conseguir lo que nos propondremos.

TAGS RELACIONADOS