Hace 41 años ocurrió algo peculiar que cambió la forma de ver las carreras. En el desierto de Teneré, en Niger (África), el piloto francés Thierry Sabine se encontraba perdido a bordo de su moto y sin ningún tipo de ayuda posible. Vio muy cerca la muerte, pues pasó varios días sin ser localizado además de atravesar una fuerte deshidratación, sin embargo, su persistencia permitió que sobreviviera a esas extremas condiciones hasta que finalmente fue encontrado. Esta aventura fue algo que marcó de por vida a Sabine que luego de recuperarse, se quedó con la idea de conquistar el desierto a través del deporte, y qué mejor que una carrera.
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Fue así que a mediados de 1978 comenzó la inscripción. Thierry reunió 80 autos, 90 motos y 12 camiones. La competencia significó la unión entre París y Dakar, en enero de 1979. Fue justamente de dicha ciudad que cogió el nombre Rally Dakar para las ediciones posteriores que convocaron pilotos novatos, experimentados y personajes reconocidos como el Príncipe Alberto, de Mónaco, entre otros.
Sabine tomaba parte cada año de este Rally no como competidor pero sí supervisando que todo se lleve de la mejor forma, se 'sumergía' en el desierto africano a través de un helicóptero para poder revisar que todos los pilotos estén bien. Si uno estaba herido o se desviaba del camino, él era el encargado de bajar de los aires y socorrerlo.
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Lamentablemente, el mismo desierto que alguna vez le dio la máxima felicidad, también le quitó su último suspiro. El 14 de enero de 1986, el helicóptero en el que se trasladaba chocó contra una duna en Mali. Sabine falleció junto con otras 4 personas.
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Dicho acontecimiento repercutió en todo el mundo pues se había convertido en un personaje histórico. A partir de ese momento su padre Gilbert tomó las riendas de la carrera, hasta que finalmente en 1993 la empresa francesa Amaury Sport Organisation (ASO) se hizo cargo, como lo hace en la actualidad.
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