Escribe desde Rio de Janeiro / José Bragayrac
Con Brasil eliminado y Argentina a un paso de ser campeón del mundo, la Policía Federal y el Ministerio de Justicia brasileño temen lo peor. Es por ello que para evitar enfrentamientos y asegurar la tranquilidad de los más de setenta mil aficionados que presenciarán la final de la Copa del Mundo entre Alemania y Argentina, este domingo desde las graderías del Maracaná, se ha dispuesto la presencia de 26 mil efectivos que brindarán resguardo de las primeras horas del día hasta cuatro horas después del juego.
Los efectivos, integrantes de la Policía Federal y la Guardia Municipal, impondrán un cordón de seguridad a los largo de dos kilómetros en la periferia del escenario deportivo, con más de cinco puntos de acceso, donde registrarán a los hinchas y se permitirá el pase únicamente con entrada en mano.
Tras los disturbios registrados luego de la eliminación de Brasil, el martes pasado, donde incluso se acontecieron casos de vandalismo, saqueo y hasta la quema de buses; la Policía Federal no escatima en opciones de seguridad y hasta ha designado un escuadrón de helicópteros que sobrevolarán todas las zonas consideradas de riesgo, como el Maracaná, el sambódromo, y las playas de Ipanema y Copacabana.