Definitivamente este sábado no fue el día del Manchester United. Sumada a la derrota 1-2 frente al Swansea, el volante Ashley Young vivió uno de los episodios más insólitos en la historia de la Premier League.
Mientras discutía con uno de sus compañeros por una jugada, el futbolista inglés de origen jamaiquino recibió directamente ¡en la boca! el excremento de un ave que sobrevolaba el estadio Old Trafford.
Miles de fanáticos en todo el mundo no perdieron la ocasión para registrar tan hilarante momento y recordaron que "en boca cerrada no entran moscas" (y algo más).