Los Juegos Olímpicos Río 2016 acabaron con una fiesta inolvidable en el legendario estadio Maracaná, que recibió una de las más famosas fiestas callejeras del Carnaval de Río, la comparsa Cordão da Bola Preta, que llena cada año el centro de la ciudad con más de un millón de juerguistas. Los abanderados de cada país entraron al Maracaná en orden alfabético, pero en filas de tres, según la organización, con intención de transmitir un mensaje de confraternización entre las culturas.
Desfile a todo dar
Los deportistas, muchos de ellos ganadores de medallas olímpicas, entraron al Maracaná al son de la samba y la música electrónica, interpretada por la DJ Dolores y la orquesta Santa Massa y el DJ Mika Mutti, mientras bailaba una mujer disfrazada de Carmen Miranda.
Una de las más aplaudidas fue la gimnasta estadounidense Simone Biles, que encabezó a los abanderados de las 207 delegaciones en la ceremonia de clausura. Además, se pudo apreciar cómo la bandera peruana también estuvo presente en la despedida de los Juegos de Río 2016.
Entre otros medallistas participaron en la ceremonia la argentina Paula Pareto (oro en judo), la colombiana Ingrit Valencia (bronce en boxeo), el cubano Mijaín López (oro en lucha grecorromana), la mexicana María del Rosario Espinoza (plata en taekwondo) y la venezolana Stefany Hernández (bronce en ciclismo BMX).
Turno de Japón
En el epílogo de la ceremonia y al estilo del videojuego ‘Super Mario Bross’, los Juegos Olímpicos Tokio 2020 se presentaron ante la multitud. Una fiesta que se prevé será uno de los eventos deportivos más grandes de la historia de las Olimpiadas.
Harto dopaje
El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) resolvió 28 recursos durante los Juegos de Río 2016, 16 de ellos sobre atletas rusos para reclamar su derecho a participar en la competición. Según informo el TAS, esta cifra de recursos es la más alta desde los Juegos de Sydney en el año 2000, cuando tuvo que abordar un total de 15 reclamaciones por doping.
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