El británico Andy Murray, segundo favorito, llevó hasta la extenuación al argentino Juan Martín del Potro para retener el título de campeón olímpico y ganar su segunda medalla de oro consecutiva con parciales de 7-5, 4-6, 6-3 y 7-5 en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Una larga batalla que sobrepasó las cuatro horas de partido terminó por encumbrar a ambos protagonistas, abrazados en el centro de la red cuando el británico se anotó el último punto, el que le dio la consagración en Río 2016.
Andy Murray se sentó después y rompió a llorar. Un desahogo necesario a la presión cada vez mayor que soportó en la pista. Andy Murray mantuvo el juego a pesar de los arranques de furia y el afán de su rival, que sale reforzado también de Río 2016. Devuelto a la elite y con un futuro que le advierte entrometido entre los aspirantes a la cima.
Del Potro abandonó la cancha emocionado. En cualquier caso había sido el animador del torneo. El agitador de una competición para la que no contaba. El tenista argentino se interpuso en el camino de Novak Djokovic, número uno del mundo, y del español Rafael Nadal.
En tanto, Andy Murray terminó por lograr una gran proeza. Dos medallas de oro en Río 2016 tras un partido se topó con todo el dramatismo que a veces retrata a los Juegos Olímpicos. Una lucha por el oro terminó por ser una lucha por la supervivencia. Dio la sensación de que ambos sufrían para mantenerse en pie. Y que el primer premio de Río 2016 iría a parar para el que fuera capaz de mantenerse en pie durante la batalla.
Andy Murray no solo se defendió, sino que ganó cuatro parciales consecutivos para dar un giro a la situación y cerrar el triunfo de oro.
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Así quedaron las Liguillas https://t.co/gaWOOFxK9U pic.twitter.com/8l0zHXGqfV— Diario El Bocón (@elbocononline) 14 de agosto de 2016