Hay derrotas y derrotas. Están las que son pasajeras y existen otras que son como heridas que tardan en cicatrizar. Michael Carrick, excapitán del Manchester United, sabe de esto último y lo acaba de revelar en un libro autobiográfico.
En esa obra, el exvolante inglés revela uno de sus mayores secretos de su vida personal: asegura que después de perder la final de la Champions League ante el FC Barcelona, en el 2009, se sumió en una profunda depresión de la que pudo librarse solo dos años después. "Fue el peor momento de mi carrera deportiva", admitió.
"De alguna manera fue el momento más bajo de mi carrera y realmente no sé por qué. Había decepcionado en el partido más importante de mi carrera”, confesó Carrick, quien no se perdona por haber perdido una pelota en ese duelo, jugada que después derivó en el primer gol de Samuel Eto’o (el otro tanto lo hizo después Lionel Messi).
"Estaba deprimido, estaba realmente deprimido. Me imagino que eso es la depresión. Lo describo como una depresión ya que no era una situación puntual, era algo continuo", detalló.
Por más que lo intentó, dice, no pudo sacar de su cabeza lo sucedido en la final de Roma, "Me sentía mal, muy mal después de algunos partidos, pero pensaba que lo iba a superar. No podía encogerme de hombros. Fue una sensación muy extraña", dijo.
Tanto le afectó esa derrota que pese a que fue convocado para el Mundial, él solo deseaba volver con su familia. "Le dije a mi mujer que quería regresar a casa", contó.