El carismático delantero mexicano Cuauhtémoc Blanco se despidió la noche del martes de los terrenos de juego levantando un último trofeo, para comenzar ahora una nueva carrera política en la que tratará de capitalizar el inmenso cariño que le guarda la afición azteca.
A sus 42 años, Blanco no pudo despedirse con un gol a pesar de contar con alguna buena ocasión, pero al final sus compañeros del equipo Puebla le entregaron el brazalete de capitán para que levantara el trofeo de la Copa mexicana tras derrotar 4-2 al Guadalajara.
"Me voy muy contento (...) No me duele retirarme, me duele no ver a la afición", dijo con la voz entrecortada este delantero que jugó tres mundiales y militó en diez equipos de México, España y Estados Unidos, aunque su corazón siempre estuvo con el poderoso América.
El 'Cuau' entró de cambio en la segunda mitad y en sus últimos 25 minutos de juego todavía practicó unos par de aplaudidos pases de tacón ante una afición entregada al llamado "ídolo del pueblo".
Dueño de un carácter indomable, este futbolista criado por su abuela en uno de los barrios más duros de la capital mexicana logró conquistar en sus dos décadas de carrera una mayor devoción de los aficionados que la que tuvieron otras figuras mexicanas.
"Al final no sólo es importante cuánto disfrutaste sino también a cuantos hiciste disfrutar de tu fútbol. ¡Abrazo macho!", le despidió en Twitter el legendario goleador mexicano Hugo Sánchez.