Media hora fue suficiente para que Lionel Messi, que regresó después de una lesión de dos meses, para que demuestre su clase, puesto que anotó dos goles en tres minutos que cerraron el 4-0 de su equipo ante el Getafe y que abren la puerta del Barcelona a los cuartos de final de la Copa del Rey.
En un partido en el que hasta entonces había tenido a Cesc Fábregas como protagonista absoluto y autor de los dos primeros tantos, el argentino apareció en escena para dinamitar el partido en la recta final.
Marcó el 3-0 en una acción de oportunista al recoger un rebote en el minuto 89 tras una jugada del lateral derecho Martín Montoya, pero en el 4-0 demostró estar plenamente recuperado. Recibió un pase al espacio de Alex Song y tuvo que regatear, fintar y cambiar el ritmo para batir al arquero Jordi Codina en una jugada que tantas veces se ha visto el Camp Nou.