Con su cambió de look que dio que hablar en la previa, Lionel Messi salió al campo del Camp Nou con la mente puesta de dar especatulo. Y si que lo consiguió. El astro argentino estuvo enchufado y encaminó la goleada del Barcelona sobre el Espanyol.
Lionel Messi llevaba los hilos del Barcelona. Ya con el partido 3-1, el delantero aprovechó un pase a profundidad. Hizo una pared que dejó descolocada a la defensa del Espanyol. Messi, de un toque, introdujo el balón a las redes por entre las piernas del arquero.
Barcelona cuatro, Espanyol uno. Lionel Messi regaló clase en el verde césped del Camp Nou.
Así fue el golazo de Lionel Messi
La clase de Andrés Iniesta y Leo Messi y los dos goles anotados por Luis Suárez resultaron fundamentales en la victoria del Barcelona ante el Espanyol en el 'derbi' barcelonés (4-1), en un partido en el que los azulgrana pusieron fin a una racha de nueve encuentros invicto de los blanquiazules.
El Barcelona fue superior a un rival que tuvo bajas determinantes para hacer su fútbol y nunca encontró la manera de frenar a los azulgrana, un equipo que jugó muy cómodo y que volvió a encontrarse con su mejor versión.
La derecha de seda de Andrés Iniesta presidió el juego de ataque del Barcelona, que tuvo suficiente con la calidad de su capitán, los chispazos de los tres de arriba y una presión coral para imponerse a un valiente Espanyol, que jugó con pretensiones, pero que apenas inquietó la meta de Ter Stegen.
Sin Leo Baptistao, Víctor Sánchez ni Hernán Pérez, la apuesta de Quique Sánchez Flores fue diferente a la que le ha llevado a los blanquiazules a mantenerse invicto durante las últimas nueve jornadas.
Hoy no fue lo mismo. El Espanyol jugó con determinación y el Barça lo puso en su sitio a base de jugadas a la contra. Ya en la primera acción, en el minuto 7, los azulgrana pudieron marcar en una acción al contragolpe.
Iniesta inició la acción sobre Luis Suárez, el uruguayo superó a Diego Reyes, sirvió a Neymar y la asistencia sobre Messi no fue aprovechada por el argentino. Los blanquiazules, aunque intentaron construir, perdieron muchos balones ante la adelantada presión de los azulgrana y cada balón perdida era un susto para la meta de Diego López.
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