Un gol sobre la bocina de Wayne Rooney, que le ha convertido en el máximo goleador histórico del club (250 tantos), bastó al Manchester United para empatar 1-1 en el estadio del Stoke, que estuvo a un paso de acabar con la racha de 16 partidos invicto del conjunto de José Mourinho en una jornada en la que el Liverpool perdió opciones en su lucha por el título tras perder 2-3 ante el Swansea.
Los hombres del Manchester United estuvieron a punto de cerrar una serie exitosa de marcadores con los que apartaron la crisis provocada por un inicio de curso errático. Aunque pinchó con un empate, Mourinho sigue soñando con arreglar los errores de su equipo con el premio de los puestos europeos que siguen cerca.
Aunque el empate contra el Stoke permitió al Manchester United sumar 23 de los últimos 27 puntos posibles en la Premier League, tuvo que sufrir mucho para conseguirlo. Enfrente estaba el cuadro de Mark Hughes, que vive en mitad de la clasificación en tierra de nadie y que estuvo a un paso de llevarse el premio de los tres puntos.
El Manchester United inició el choque con Marcus Rashford, Wayne Rooney, Michael Carrick y Bastian Schweinsteiger en el banquillo. Con pocas ideas, apenas tuvo una ocasión en todo el partido y fue de Juan Mata, que después de marcarse en el minuto 19 un gol en propia meta, pudo empatar con un remate que salió rozando el larguero tras un pase de Zlatan Ibrahimovic.
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