Postrado en su cama con el rostro desencajado, Mateo Kovacic, le pide explicaciones a Dios por la doble fractura de tibia y peroné que lo mantendrá 11 meses fuera de los campos de juego. De pronto, lentamente, en el rostro del actual jugador de Real Madrid se dibuja una sonrisa y mueve la cabeza de arriba: ha encontrado la respuesta.
ESCRIBE: RENATO LANDÍVAR
Tiene quince años y apenas unos pocos minutos son suficientes para entender que esta será una prueba para fortalecerlo, y como consecuencia, prepararlo para su destino. Pasaría un año y antes de su debut en la Primera División del fútbol croata con la camiseta del Dinamo Zagreb. Tenía apenas 16 abriles el día que estrenó anotando en la goleada 6-0 de los suyos sobre Hrvatski Dragovoljac.
Durante la celebración de su primera anotación, Mateo Kovacic alza ambos brazos y señalando al cielo agradece al todo poderoso. En señal de ello, continúo con su devoción, y su asistencia a misa todos los domingos sería obligatoria al igual que destacar con el balón cada fin de semana.
La religión y el fútbol ocupaban su tiempo y, pese a alcanzar la fama, ser reconocido y recibir las burlas de sus compañeros de equipo, continuó siendo monaguillo como una muestra ineludible de su fe.
Mientras en el campo de juego Mateo Kovacic distribuía balones y asistía a sus compañeros, fuera de este compartía la palabra del señor, una postura ejemplar que llamó la atención del Inter de Milán, que decidió desembolsar 15 millones de euros por él.
Los neroazurris no fueron los únicos interesados pero fueron la opción más atractiva económicamente y ello inclinó la balanza a su favor. En tierras italianas destacó con creces, siempre guiado por el señor, a quien oró antes de cada encuentro y terminó bendiciéndolo con su convocatoria a la selección croata.
Defendiendo a su patria participó de Mundial Brasil 2014, donde compartió camerinos con su ídolo desde pequeño, Luka Modric. El mediocampista del Real Madrid fue la inspiración para continuar resaltando con la camiseta del Inter hasta llamar la atención de presidente merengue Florentino Pérez, quien desembolsó 35 millones.
Mateo Kovacic dejó Milán para desembarcar en Real Madrid, una ciudad difícil de acostumbrarse pero de la mano de Dios y su esposa Izabela Andrijanic nada es imposible para el nuevo galáctico, quien fue presentado en un Santiago Bernabéu abarrotado de hinchas.
Hoy, con apenas 21 años, Mateo Kovacic planea seguir haciendo historia. En parte como un reto personal, y de alguna extraña forma, como una manera poco ortodoxa de evangelizar a punta de goles y asistencias. En Real Madrid no la tiene fácil: llegó como fichaje exclusivo de Rafa Benítez, pero que recién está empezando a ser soltado por Zinedine Zidane. Por suerte, Mateo es un hombre de fe.
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#ManCity vs. #RealMadrid: Zinedine Zidane confirmó a estos futbolistas en su once https://t.co/GQ8uPw0vwh pic.twitter.com/C6v5rNmcyv— Diario El Bocón (@elbocononline) 25 de abril de 2016