Luis Enrique apeló a una conocida receta después de una fecha FIFA: dar descanso a Andrés Iniesta y a otros titulares habituales. A ellos se sumaban las ausencia de Messi (suspensión) y Piqué por disposición del comando técnico.
Al frente estaba un Granada que en el papel decía poco. Y ese amplio favoritismo del Barcelona se confirmó rápidamente en la cancha, a través de las sendas situaciones de gol. Sin embargo, no tardaría en llegar, pero apareció cuando más lo necesitaban los azulgranas, casi al finalizar el primer tiempo.
El uruguayo Luis Suárez abrió el marcador poco antes del descanso y ponía todo a favor de los catalanes, pero el marcador no reflejaba en nada lo que sucedía en el terreno de juego.
Aparecen los goles
Apenas a los 5 minutos del segundo tiempo, Boga puso el 1-1 para Granada. Parecía que el partido se complicaba para el once de Luis Enrique.
A diferencia de otros encuentros, los azulgranas intentaron jugar como mejor les acomoda: pelota a ras del piso y permanente circulación. Los goles estaban por venir.
Alcácer, Rakitic y Neymar transformaron ese amplio dominio en una cómoda goleada a favor.
Lo mejor se apreció en los pies de Neymar. Sin Messi en el campo, el brasileño asumió el protagonismo y fue el conductor de un Barcelona acostumbrado a obsequiar buen fútbol a sus seguidores. Por ahora, sigue cerca del Real.