El Schalke del peruano Jefferson Farfán y el Galatasaray enfrentarán una vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones que ve al conjunto alemán favorito, tanto por el empate (1-1) obtenido a domicilio en la ida como por el "factor campo", pero nada es seguro ante un equipo turco que busca la proeza con Didier Drogba a la cabeza.
Los pupilos de Jens Keller llegan al duelo contra el Galatasaray montados en una ola de optimismo, tras el triunfo el sábado en el derbi de la cuenca del Ruhr ante el Borussia Dortmund, algo que para los hinchas del club de Gelsenkirchen sirve ya para justificar toda una temporada.
El triunfo ante su clásico rival fue clave por el prestigio que implica pero, además, la manera cómo se logró mostró que, tras pasar por una crisis, el Schalke está recuperando su fútbol, liderado por un Julian Draxler en pleno estado de forma.
Con el triunfo en el derbi, el Schalke completó cinco partidos sin perder y ha vuelto a meterse en la Liga de Campeones con lo que los vientos de crisis de momento han desaparecido.
Rival en crisis
El reciente fichaje de dos grandes jugadores, Wesley Snejder y Didier Drogba, levantó los ánimos al Galatasaray, aunque su presencia en la ida no bastó para pasar del 1-1.
La presencia de Drogba incluso motivó una protesta formal del Schalke ante la UEFA por tener, supuestamente, aún contrato con el Shanghai Shenhua.
A la tensión general se añade una mala racha del Galatasaray en la Liga nacional turca, con una derrota el viernes contra el modesto Gençlerbirligi, aunque el club estambulí sigue primero en la tabla.