Desde hace muchos años el fútbol alemán ha desarrollado toda una revolución en diversos aspectos, como los trabajos en los entrenamientos, la planificación casi al milímetro en sus divisiones menores, etc. Sin embargo, además de la parte deportiva, en Alemania, como en muchos otros países, aunque más estrictos, ponen a la par o casi un escalón arriba que el fútbol, la parte académica.
Esta revolución es su fútbol, ha significado el resurgimiento de jóvenes valores, que serán, sin duda, los próximos que lideren a Alemania a su próximo título mundial. Uno de ellos es el jugador es Kai Havertz, un volante de 17 años que se ganó un lugar en el plantel profesional del Bayer Leverkusen, deslumbrando al estratega Roger Schmidt desde la pretemporada, a comienzos de año.
Tanto es la magia y buen juego que derrocha el juvenil Kai Havertz, que ha sido comparado con otro alemán, Mezut Ozil, a quien espera imitar en un futuro. "Es mi modelo a seguir. Creo que nuestros estilos se parecen", dijo días atrás. No obstante, el jugador no pudo viajar junto al plantel a España, a disputar la vuelta de los octavos de final de la Champions League frente al Atlético de Madrid, por tener que cumplir con exámenes en el colegio.
Probablemente también sea este uno de los secretos del éxito del fútbol alemán: la disciplina. Kai Havedrtz sabe que podrá vivir del fútbol durante los próximos 15 años y que probablemente lo que coseche le servirá por el resto de su vida. Sin embargo, con 17 años, el sistema académico lo obliga a cumplir con las responsabilidades de cualquier chico de su edad y ahí estará él, sentado en un pupitre.
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#RadamelFalcao es duda en #Mónaco para duelo ante #ManchesterCity https://t.co/eUEtaPWfsQ pic.twitter.com/W1lKQjaDQx— Diario El Bocón (@elbocononline) 15 de marzo de 2017