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El presidente de la Federación Inglesa de Fútbol (FA) Greg Clarke calificó este jueves como crímenes odiosos los  denunciados recientemente en la prensa por varios jugadores cuando eran niños cometidos por sus entonces entrenadores.

'Son crímenes odiosos y deben ser investigados por la policía, que tendrá nuestro apoyo', declaró Clarke, en el cargo desde el pasado mes de agosto sobre abusos sexuales. Los medios deportivos vienen tomando medidas para llegar hasta el final de esta investigación esperando que nunca más se repitan episodios como estos en potencial del deporte como lo es la Federación Inglesa de Fútbol.

Fue Andy Woodward (43 años), exjugador del Crewe Alexandra (actualmente en la 4ª División inglesa), quien explicó al diario The Guardian haber sido víctima de abusos sexuales durante años cometidos por su entonces entrenador Barry Bennell, condenado posteriormente en varias ocasiones tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos por diversas agresiones sexuales desde los años 1970.

Otros exjugadores como Steve Walters (44 años) y David White (49), exdelantero internacional del Mánchester City denunciaron después hechos similares de abusos sexuales por parte de personas ligadas a la Federación Inglesa de Fútbol.

También el exdelantero internacional Paul Stewart (52 años), que jugó en el Tottenham, Liverpool y Mánchester City, reveló el miércoles haber sido víctima de abusos sexuales por parte de un entrenador pederasta cuando tenía 15 años, aunque no le identificó. 'He escrito hoy (jueves) a 30.000 clubes para saensibilizarles' sobre esta cuestión, añadió Clarke, después de una reunión "muy emotiva" con Woodward.

Tanto el Mánchester City como el Crewe Alexandra, equipos en los que trabajó Bennell, anunciaron la apertura de investigaciones. El sindicato de jugadores aseguró el miércoles haber recibido al menos una docena de denuncias de abusos sexuales o similares.