El Real Madrid de Cristiano Ronaldo no acusó la resaca europea y sumó un nuevo triunfo ante el Celta de Vigo (1-2), en un duelo en el que CR7, autor de los dos goles de su equipo, y el portero Diego López volvieron a ser decisivos.
El dominio blanco era aplastante. El Celta estaba superado, al borde del KO, y sólo la extraordinaria de su portero, con tres buenas paradas ante Marcelo, Callejón y Benzema, y el desacierto de los visitantes evitó que el Real Madrid mojase antes del descanso.
En el inicio del segundo acto el acoso madridista no cesó y al cuarto de hora Cristiano Ronaldo se aprovechó de un rechace para derribar el muro local. Despertó entonces el Celta, que no tardó en empatar con un gol de Aspas e incluso pudo darle la vuelta al marcador pero Albiol, tras el único fallo de Diego López, evitó el remate de Augusto en la misma línea de gol.
Pero cuando el equipo de Abel Resino parecía engancharse al partido su rival se encontró con un penalti, por derribo de Javi Varas a Kaká, que Cristiano Ronaldo no erró. El Celta se volcó pero el Real Madrid, no sin sufrimiento, aguantó el empuje de los locales, que rozaron el empate con un remate de Park en el último minuto que se estrelló en el larguero.