El entrenador francés Arsene Wenger dio unas extrañas, y hasta polémicas, declaraciones al referirse al prolongado tiempo que permaneció al frente del primer equipo del Arsenal. “Me sentía prisionero”, dijo.
Consultado sobre si hay algo de lo que hizo en su carrera de lo que tenga que arrepentirse, el estratega de 68 años sorprendió al afirmar que le hubiese gustado tomar otro rumbo y no estar tanto tiempo en un solo lugar.
“Tal vez permanecer en el mismo club durante 22 años fue mi mayor error. Soy alguien a quien le gustan las cosas nuevas, le gusta el cambio, pero también me gustan los desafíos. Estaba un poco prisionero a mi desafío”, apuntó Wenger.
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El francés también lamentó haber dedicado poco tiempo a su familia por estar inmerso en sus labores. “He descuidado a mi familia, a muchas personas. Lamento haber sacrificado todo lo que hice porque me doy cuenta de que he herido a mucha gente a mi alrededor”, confesó.
La pregunta que no podía soslayarse era si ya tenía claro si volvería a dirigir o se dedicaría a otras tareas. “Aún no he decidido qué hacer. Yo mismo me hago esa pregunta. ¿Debo seguir haciendo el trabajo que conozco?, ¿o debería compartir de una manera diferente todo el conocimiento que he acumulado durante estos años sobre el fútbol y las personas? Es una pregunta que responderé en los próximos dos o tres meses”, afirmó.
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