Hannover, Alemania | efe Alemania rindió ayer un emotivo adiós a Robert Enke, ex guardameta del Barcelona y del Tenerife, actual portero de la selección alemana y del Hannover, quien se suicidó el martes a los 32 años, víctima de una depresión en la que confluyeron tragedias privadas y el pánico al fracaso futbolístico. Enke se tiró a la vía del tren, en las cercanías de su casa. Aficionados con la bufanda verdinegra del Hannover 96, futbolistas alemanes, representantes de los clubes europeos por los que pasó y políticos llenaron el estadio para despedir el féretro del arquero, rodeado de coronas de flores sobre el césped. Su viuda, Teresa, y los rostros desencajados de la selección en pleno eran reflejo del dolor compartido, en una mañana soleada y con la música del cuarteto de cuerda del conservatorio de Hannover. Unas 40 mil personas llenaron el graderío y miles de personas siguieron desde el exterior, por pantallas gigantes, la ceremonia fúnebre que transmitieron cinco cadenas de televisión. Tras la ceremonia, el féretro de Enke fue transportado en hombros de sus colegas, bajo los sones de “The Rose” y “You will never walk alone”. De ahí salió en dirección al cementerio vecino, donde está enterrada su hija Lara -fallecida en el 2006. La muerte del arquero conmocionó el país. Sus exequias fueron las más multitudinarias desde el funeral del primer canciller de la posguerra, Konrad Adenauer, en 1967.