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Ayuda divina. Así define Aldo Corzo el impulso que tomó su carrera en las últimas dos temporadas. Es que desde su acercamiento a Dios, su rendimiento mejoró notablemente y se alejó de los excesos. Esos que lo hicieron tocar fondo y reflexionar. “Cuando no concentro un fin de semana, siempre voy a la iglesia, soy católico y muy creyente”, revela el ahora lateral derecho de Universitario de Deportes.
¿Tomaste un segundo impulso?
Reflexioné mucho, porque me di cuenta que estaba cometiendo algunos excesos y eso perjudicaba mi carrera. No conseguía nada. Pensé en todo lo que venía haciendo mal.
¿Con qué te encontraste?
Dentro del campo de juego me esforzaba, pero afuera no hacía bien las cosas. No descansaba lo correcto y en la comida tampoco me medía.
¿Cómo así decidiste cambiar?
Ya no era un chico de 20 años, el tiempo pasaba y conseguí volver a demostrar mi mejor nivel. Tomé una decisión acertada, creo.
¿Lo decidiste solo o a quién recurriste?
A mi familia, como siempre, ellos me apoyan en todo y siempre los cinco (papás y dos hermanos) tomamos una decisión.
Tengo entendido que también te acercaste a Dios...
Él me cambió la vida. Esa bendición que sientes cuando te acercas a él es única.
¿Eres católico practicante?
Sí, hay veces donde no puedo ir a misa, pero trato de hacerlo cuando descanso. Siempre voy a misa y me acerco al Señor.
¿Lees mucho sobre él?
Siempre, te llena de paz, también sigo mucho al Papa. No digo que fue la solución para enrumbarme, pero me ayudó demasiado.
¿Fue un regalo adelantado firmar por la ‘U’?
Ja, ja, ja. Es muy motivante jugar en un equipo grande; voy a darlo todo. Tengo mucha hambre de gloria.
¿Qué es para ti la Navidad?
Una fiesta especial. Llena de bendiciones, donde debes pasarla en familia.
¿El regalo que más recuerdes?
Un arco y pelota con que jugaba en mi anterior casa con mis hermanos, de pequeño. Hice mis primeros goles ahí.
Escribe: Renato Landívar Cano
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