Las caras de los hinchas que acudieron al estadio Alberto Gallardo cuando el juez principal pitó el final del partido fue de espanto. no pasó del empate (0-0) frente a , y los hinchas masticaban su bronca, miraban al cielo esperando encontrar alguna respuesta, conversaban entre ellos y -con la sangre en el ojo- renegaban y al mismo tiempo pedían al Todopoderoso les envíe un salvador para que esta crisis termine.

Encima, para colmo de males, horas antes de que se iniciará el cotejo, se conoció que , uno de los jugadores más importantes del club, fue fichado por el Independiente del Valle ecuatoriano, que pagó la cláusula de resolución de su contrato. Es decir, Jorge Soto, DT interino debido a la salida de , no pudo usar a uno de los jugadores más desequilibrantes. Todo mal.

Tenerla para nada

Una cosa es la posesión del balón para hacer daño y otra, como lo mostró Cristal, para rotar el balón sin destino fijo. Eso fue lo que sucedió ayer. Los celestes tuvieron a la ‘caprichosa’, la acariciaron, la sacaron a bailar, pero nunca dieron el paso definitivo de la fiesta: el gol.

Ni ‘Canchita’ Gonzales, que llegó mermado físicamente a este partido por una lesión, ni Ray Sandoval, y tampoco Gerald Távara fueron solución en la conducción del equipo. Por el contrario, el más peligroso del cuadro ‘cervecero’ fue la ‘Momia’ Calcaterra, que tuvo dos disparos que pudieron cambiar la historia del partido. Antes de los 10’, ‘Calca’ probó desde fuera del área casi cayéndose. El balón lamió el poste derecho de Federico Nicosia, quien hasta ese momento hizo un trabajo normal.

Minutos después, sin embargo, Nicosia evitó que Calcaterra gritará el primer tanto. El celeste tomó un balón dentro del área grande, se acomodó para su pierna izquierda y disparó. Acto seguido, apareció la mano derecha del golero del ‘Rojo Matador’ para silenciar las pocas voces en el Gallardo.

En la parte complementaria las cosas no cambiaron mucho. Huancayo hizo su negocio metiéndose atrás y cerrando todos los espacios al local. Mientras que Cristal seguía en lo suyo, aplicando lo que dice el famoso Manual de Estilo: jugar a ras del piso hasta encontrar el lugar y liquidar. Esto nunca pasó. Y como para cerrar el mal partido, el recién ingresado Inga tuvo en sus pies el triunfo, pero el balón se le escurrió de los pies. La crisis está en aumento. ///