
Con casi veinte kilos demás y cientos de experiencias por contar, Mario Rodríguez regresó al Perú tras vivir muchos años en Estados Unidos. Trabajó como obrero de construcción y ahorró buen dinero, el que invertirá en el futuro de sus hijos. -Cómo encontraste el país a tu regreso? -Me parece que está mejorando, he visto cosas muy bonitas y ojalá que a todos nos vaya bien. -Por eso decidiste volver? -Sí, básicamente por eso y por mis hijos, fueron ocho años que no los veía y estoy muy feliz por ello. Además, la cosa en EE.UU. está muy jodida. -Cómo fue tu reencuentro con la gente de Alianza? -Fui a Matute y no queda nadie. El único que está jugando es Jayo, después me encontré con Pepe Soto y he quedado en juntarme con César Cueto. -Cómo viviste la campaña del 2008 en la que Alianza casi desciende? -Con mucho sufrimiento, uno quiere al club y las noticias que llegaban allá eran malas. -Por qué te fuiste del Perú? -Porque veía que en el fútbol no tenía muchas posibilidades. Me fui a trabajar a EE.UU. en construcción. Fue duro, pero me sirvió mucho para ver las cosas de otra manera, para madurar como persona. -Te retiraste del fútbol relativamente joven? -A los 29 años, pero ya habían muchas cosas que el fútbol no me daba. Estuve en un club como Aurich que no tenía nada, nunca me pagó y fue uno de los culpables para que decidiera retirarme. -Ahora Aurich es el nuevo millonario del fútbol... -Mira ve, habrá que ir por Chiclayo para ver si cae algo. -Cómo eras como futbolista? -Como decía César Cueto, regular taco bajo, ja, ja, ja... Lo importante es que fui buena persona, ese es el mejor legado. Como jugador pude ser bueno, malo o regular, pero más importante es ser buena persona. -Cómo llegaste a los EE.UU.? -Tengo un amigo de toda la vida, Felipe Sánchez. Él vivía allá y siempre me decía para irme, entonces lo llamé, me recibió en su casa y me consiguió trabajo. Fue duro al comienzo, porque el futbolista está malacostumbrado. Después me acostumbré y le agradezco. Allá maduré mucho. -Descríbeme esos primeros días por allá? -Lo más duro: tenía ganas de regresarme al día siguiente, lloré mucho, porque dejé a dos hijos acá en Lima. Me mataba no verlos. -Todos estos años trabajaste en construcción? -Sí, desde que llegué tuve la suerte, porque es un trabajo muy bien pagado. Lo más complicado era el clima, había nieve, lluvia, frío bajo cero o calor extremo, pero debía trabajar. -Sabías algo de construcción? -Nada, pero ahora soy un maestro de construcción. -Cuánto te pagaban la hora? -23.50 dólares la hora. Es buena plata, aunque el primer año comencé con 8 dólares. Después todo mejoró. Además, tenía beneficios, seguro médico y eso ayudó, porque allá sacarte una muela te cuesta 400 dólares, imagínate. -Podrías construir casas en Perú? -El sistema es diferente, pero sí lo haría si me animo. El negocio de la construcción es una buena opción. Después quiero estudiar para técnico. En EE.UU. hice el curso para dirigir niños. Hace unos días, conversando con Pepe Soto, me dijo que le gustaría que sea su asistente en un comando técnico para regresar al Alianza. -Es verdad que trajiste un billetazo para poner tu propio negocio? -Ja, ja, ja... Ahorré y ahora lo quiero invertir, estamos estudiando el mercado para no gastar por gastar, porque de eso depende del futuro de mis hijos. Aquí tiré mucho dinero en mi época de futbolista. -Explícame eso... -Siempre pensé que un muchacho que no es futbolista a los 20 años recién está buscando qué hacer en la vida, pero uno a esa edad ya tenía dinero, carro y no era fuerte de la cabeza, pues es poca la gente que sabe pensar. -Si no viajabas, qué hubiera sido de ti en el Perú? -No sé, hubiera sido muy difícil, ya estaba mayor y lo poco que tenía ya se estaba gastando y no había ingresos. -Si te quedabas cuántas veces te hubiera ampayado Magaly? -Justo el otro día conversaba con Pepe Soto y le decía: compadre, si Magaly estaba en nuestra época seguro ya estuviéramos en Lurigancho. Y él me decía: seguramente que sí. Ja, ja, ja... -Recuerdo que por Jorge Luis Pinto dejaste Alianza. Verdad? -Sí, tuve una pelea con Pinto y me fui. Es que yo quería jugar y se lo dije. Pinto me respondió que yo no era su primera opción, sino Bazalar. Entonces le dije que si no jugaba, mejor me iba. Y así lo hice. -Es verdad que casi te mueres en un accidente en EE. UU.? -Sí, me caí de un tercer piso y se me rajó una vértebra. Descansé dos años, no trabajaba, pero el Estado cubría mis gastos y luego de eso me indemnizaron. Ahora estoy bien, aunque desde que me ocurrió eso no he vuelto a jugar fútbol. -Pero jugabas los partidos de fines de semana? -Hasta antes del 2003 que ocurrió el accidente, sí. Ese era mi part time, los sábados y domingos. Era un trabajo aparte, además que me gustaba, me pagaban 150 dólares por encuentro. Entre sábado y domingo jugaba ocho partidos y hacía buen dinero. -Volverás a jugar en las pichangas? -Haré el intento, porque aparte de la vértebra, me enfermé de la rodilla. Me dio artritis por el frío de allá. -Sigues con tu mal hábito de fumar cigarrillos? -Sí, reconozco que de jugador fumaba, pero menos. Ahora llego a la cajetilla diaria. -Molestabas a los demás en la concentraciones con tus cigarrillos? -No, si todos fumaban, yo dormía con Pepe y con Mágico Gonzales, y nos turnábamos quién llevaba los cigarros. -Hace años me confesaste que tu sueño era hacer dinero, regresar a Pamplona y pasar tus días sentado en la puerta de tu casa. Eso harás? -Ojalá, ahora puedo tomarme las cervezas que quiera, donde quiera, y lo otro vamos a ver qué pasa. -La última, si no te dedicabas al fútbol, qué hubiera sido Kanko? -Creo que choro, seguro que sí. Mi barrio era duro, pero Pamplona no lo cambio por nada. Pero qué hubiera sido?: choro o policía, aunque al final es lo mismo, no?, ja, ja, ja.. MIGUEL ÁNGEL SUERO