Peru's Argentine coach Ricardo Gareca is pictured during the closed-door 2022 FIFA World Cup South American qualifier football match against Chile at the National Stadium in Santiago, on November 13, 2020. (Photo by MARTIN BERNETTI / POOL / AFP)
Peru's Argentine coach Ricardo Gareca is pictured during the closed-door 2022 FIFA World Cup South American qualifier football match against Chile at the National Stadium in Santiago, on November 13, 2020. (Photo by MARTIN BERNETTI / POOL / AFP)

“La evidencia de un 9 son sus goles”, escribí en twitter luego de la derrota en Argentina. Y no me refería solo a Gianluca Lapadula sino también a Raúl Ruidíaz. “¿Y si no le llega la pelota?”, “¿Y cómo lo juzgamos si no le llegan los balones’”, fueron las respuestas más reiterativas.

Es lógico que si pasa eso es que no tenemos equipo. No se ha conformado un buen engranaje para ser efectivos adelante. Por eso, la selección peruana volvió a tocar fondo después de mucho tiempo y es netamente responsabilidad de los jugadores y el cuerpo técnico,

Lo importante es que hay tiempo suficiente para replantear el trabajo y hacer ajustes. De pronto, llegan mejores alternativas dentro de poco y se mejorará el ataque peruano.

No pensemos en un probable desgaste de la relación entre jugadores y comando técnico, pero sí es importante que las cosas se den como en el inicio del proceso de Ricardo Gareca. Humildad ante todo. Los que son mundialistas no pueden seguir adoptando poses y actitudes como si ya hubieran ganado todo. Esto puede generar que el técnico no los tome en cuenta en el futuro.

“El Tigre” bien podría decidir por formar un nuevo equipo, chico pero combativo. Está justo a tiempo de evitar que se le consagren algunas vacas, incluso dentro de su propio comando técnico, que creció en números y costos respecto al proceso anterior, pero al parecer no en intensidad y calidad de trabajo. Así como están las cosas no hay forma de pensar en un verano de vacaciones.

A veces, lo más importante no es cómo empiezan las historias sino como terminan. Hay tiempo para el análisis y la autocrítica para replantear todo. Nadie está conforme con la posición en la tabla. Incluso, en este momento de crisis política en el país un mejor resultado ante los chilenos y argentinos hubiera sido un bálsamo para curar las heridas.

Párrafo aparte merece Gianluca Lapadula, quien demostró ganas, pundonor y mucho corazón. Sin embargo, con más tiempo con sus compañeros podría concretar lo que más queremos: goles. Su convocatoria generó muchas expectativas y esperemos que sea de mucha utilidad de ahora en adelante.