Nos abrió la puerta de su casa e inmediatamente apareció Kanko, su pequeño y divertido perro al cual adora y con el que aflora su lado más tierno, pero que a la vez demuestra, por su curioso nombre en referencia al ex jugador de - club del cual su esposo es hincha- que en su hogar se respira fútbol en todas las esquinas. A ya la conocemos. Su trayectoria en el mundo del periodismo deportivo es indiscutible, pues es la primera mujer y única mujer que ocupó el cargo de jefa de prensa de la Federación Peruana de Fútbol. Y cuando esto ya era un gran logro, la clasificación de la al Mundial de Rusia 2018 volvió a decirle que esto era lo suyo.

¿Qué significó para ti irte a Rusia con la selección?

Ver a la en un Mundial es algo que desde muy niña soñé, como todos los peruanos, porque casi nadie lo había vivido. Siempre era sumarte a la camiseta de otro país. Como periodista deportiva, siempre busqué hacer un gran trabajo, pero estar en una Copa del Mundo con Perú no dependía solo de mí y era algo que veía muy lejano. Ahora sé que fue algo muy grande a nivel profesional. El camino fue largo y duro, pero se alcanzó.

¿Lograste tus objetivos?

Sí, pero no fue fácil. Hubo mucha resistencia, mucha crítica a mi trabajo y muchos cambios que ejecutar. Sin embargo, creo que se hizo un gran trabajo y se generó un canal de comunicación importante con todos los periodistas, pese a que muchas veces hablaran mal de mí.

¿Qué decían los colegas?

Me decían: ‘Pero tú eres periodista, eres de nosotros’, y claro, trataba de ser empática. Tuve que hacerles entender que mi obligación era satisfacer las necesidades del equipo nacional. El propio DT nos exigió a cada uno que sea el mejor en su rubro. Clasificar no era solo la labor de los 23 jugadores, todos teníamos que ser excelentes. Era la misma exigencia para todos.

Entonces, la clave fue la excelencia...

La búsqueda del trabajo excelente. Y lo podías ver en todos los rubros, en todos. Desde el capitán del equipo hasta el jefe de prensa, todos estábamos alineados a un mismo objetivo.

¿Tu mayor reto en este proceso?

El tener que conocer a cada uno de los jugadores. Cada uno reacciona diferente a todo. Por ejemplo, después del partido contra Dinamarca me tocaba entrar al campo a atender las necesidades que FIFA exige .Pero, ¿cómo decirle a un muchacho que acaba de tener un partido tan importante para su país después de 36 años que vaya a declarar cuando está absolutamente destruido?. Algunos me miraban con odio, con cara de ‘vete, déjame en paz’. Ese día tuve problemas con FIFA porque nadie quería salir a declarar, queríamos estar juntos en vestuario, llorar y abrazarnos todos.

¿Cómo estabas como hincha?

Esperaba un triunfo. Ese pitazo fue una espina directa al corazón. Era el dolor que podía sentir por ellos, por los chicos. Yo les tengo muchísimo respeto. Son unos valientes. Los he visto sobrellevar todo el proceso con tanta valentía y profesionalismo.

¿Cómo regresas de Rusia?

Yo nunca seré una seleccionada nacional, pero mediante la observación he podido ganarme con todo el esfuerzo que realizan los muchachos e intenté luchar por ellos. Estar concentrados durante 45 días es demasiado difícil. Es cierto que fue lo que escogieron, pero no es sencillo. Lo que pasaba es que para los peruanos la imagen del futbolista era la peor.

¿Cambió algo?

Creo que ahora al menos se respeta el compromiso de cada uno.

Perú en estas Eliminatorias...

Estas Eliminatorias van ser una carnicería.