La selección peruana llegó ayer al promediar la una de la tarde de Perú (ocho de la noche en Suecia) a su hotel de concentración, el Radisson Blu Scandinavia, en Gotemburgo, pero parecía que en realidad se dirigía al Swissotel en Lima.
Una gran multitud de peruanos que radican en el país escandinavo y algunos que partieron de Perú con el sueño de ver a los jugadores de la bicolor de cerca los esperaron al pie del cañón para intentar arrancarles una foto o, al menos, una firma en sus camisetas.
Por el cansancio del viaje, los jugadores y los integrantes del cuerpo técnico decidieron solo saludar a los fanáticos de pasada; sin embargo, en ese mar de gente, algunos seleccionados fueron casi detenidos por los brazos que aparecían de pronto en ese túnel humano que se formó para darle paso, como actores de Hollywood, al plantel y cuerpo técnico.