La Selección peruana se jugará su última chance el martes ante los uruguayos. La “garra charrúa” la comandará Suárez que regresa al equipo, pero ¿De dónde nace ese apelativo?
La popular frase: “garra charrúa” aparece ya casi como sinónimo de la Selección Uruguaya. La mística y coraje que imponen los futbolistas orientales es conocida en todo el mundo. Uruguay es un país pequeño con 3 millones de habitantes, pero ese dato estadístico queda en el olvido cuando se trata de representar a la nación. La cantidad de jugadores que brindan al mundo es superior a la de paises con una geografía más grande como la nuestra. La “garra charrua” tiene su nacimiento muchos años atrás, cuando el fútbol era amateur. La llamativa frase tiene una larga historia y algunas contradicciones.
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La Selección uruguaya a mediados del siglo XX era una de las más temidas por su buen juego y trato de balón. Sí, los uruguayos en algún momento de la historia tuvieron un juego exquisito. La prensa francesa se derretía en elogios ante la calidad futbolística uruguaya, pero eran otras épocas, momentos donde la prensa llenaba de elogios a los ganadores. Las frases señalaban que corrían tenían buen trato de pelota y siempre corrían con ella pegada al pie. Aquí está la primera contradicción. El fútbol aun era amateur y la Selección uruguaya había conseguido muchos logros: la primera Copa del Mundo de 1930 celebrada en Uruguay, 2 Medallas Olímpicas y 6 Copas Américas. Era dorada del fútbol celeste.
La Selección uruguaya no asistió a los mundiales del 34 y 38, pero regresó en 1950 luego de los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial. En la final ante Brasil en el Maracaná, otra vez la garra salía a relucir ese coraje y ganas que aparecen cuando el cansancio empieza a desgastar el cuerpo. Por segunda oportunidad lograban una Copa del Mundo. El silencio de los espectadores de esa hazaña estaban en silencio. El silencio no significa odio al rival, el silencio es el respeto al ganador.