La selección peruana aguarda el choque de ida por el repechaje ante Nueva Zelanda del próximo 11 de noviembre y es por ello, que ya confirmó que irán en vuelo chárter para evitar que el viaje se haga más tedioso para el plantel nacional.
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Mientras que, los directivos de la Asociación de Fútbol de Nueva Zelanda viven un verdadero problema. Lo que sucede es que tienen como gran inconveniente la falta de recursos para poder costear un vuelo privado, ya que les costaría alrededor de 500 mil dólares, suma que no se encuentra dentro de su presupuesto, por lo que esperan conseguir el apoyo de sus hinchas.
“La forma más barata de hacerlo es conseguir un avión con la capacidad que necesitamos, luego vender los otros 100 asientos. Los hinchas son la primera elección. Quien esté en el asiento del avión no me importa, siempre y cuando compren sus boletos. Ese sería el escenario ideal. Suena realmente fácil, pero no es muy fácil lograrlo", comentó Rob Pickstock, el gerente deportivo a Newshub.
El problema se origina debido a que el fútbol no es un deporte con gran acogida en Nueva Zelanda, siendo el rugby la mayor atención del país oceánico. Es por ello que analizan varias posibilidades para su viaje a Lima. Una de las opciones es compartir los gastos con la Federación Peruana de Fútbol cuando la selección peruana retorne al país para el duelo de revancha.
"Están en una posición similar a nosotros. Quisieron alquilar un avión para ambas rutas, porque tienen un contingente bastante grande, pero están luchando para encontrar un avión con el factor de costo beneficio. Compartir un avión fue algo de lo que hablamos. Nosotros estamos bien con eso, pero ellos (Perú) no lo tomaron a bien hace cuatro días, pero cada día que pasa esa idea va tomando más forma, ya que no pueden asegurar un avión”, aseveró Pickstock.
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Rob Pickstock dio a conocer que alquilar un vuelo charter sería la mejor opción, dado que "les daría a los jugadores 24 horas adicionales para aclimatarse a las condiciones y eso podría marcar la diferencia, llegado al final de juego. Eso significa que se estaría en Lima 96 horas antes del partido y no 72 horas. Habrían 20 horas de vuelo en lugar de 44 horas en el aire”, finalizó.
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