Jefferson Farfán fue la gran novedad en el reciente llamado de Ricardo Gareca a la selección peruana. El extremo había estado ausente por diecisiete largos meses, pero su vuelta, cantada hace buen tiempo, finalmente se ha dado en un momento determinante para la selección peruana. Los duelos ante Bolivia y Ecuador decidirán finalmente la suerte de la bicolor en las Eliminatorias y ante ello, Ricardo Gareca se arropa en la experiencia, calidad y jerarquía de un jugador que no llegará en su mejor momento, pero que se respalda en su trayectoria con la bicolor.
ESCRIBE: JOSÉ BRAGAYRAC
Jefferson Farfán ha perdido potencia debido a las lesiones, pero aún así sigue siendo su jerarquía un bono a favor si buscamos alternativas ante la ausencia de Paolo Guerrero y el irregular momento de Christian Cueva. Jefferson Farfán apenas ha recuperado regularidad y por lo menos juega. Ha sido titular en el Lokomotiv en el arranque de la Liga rusa, aunque ha estado ausente en los dos últimos partidos, el de este domingo por una recarga muscular. Eso indica que a nivel físico no se encuentra a tope. En la selección peruana, su vuelta pese a casos de indisciplina se entiende por ausencia de variantes.
Ricardo Gareca tiene en Jefferson Farfán a un jugador que le da la posibilidad de definir el partido. Un chispazo suyo puede ser más importante que un repetitivo esfuerzo de algún otro jugador. Además, Jefferson Farfán suma la posibilidad de moverse en varias posiciones en la cancha. Es un comodín importante. Y la selección peruana necesita todas las armas posibles ante Bolivia y Ecuador.
Ricardo Gareca se la juega. Jefferson Farfán ha ido perdiendo potencia y calidad por las lesiones, su falta de ritmo y su vida privada; pero sigue siendo una opción importante. Y la selección peruana no tiene muchas opciones en esa posición del campo ni en las otras. Por eso el requisito apenas era que por lo menos encuentre equipo y juegue. No que brille ni sea crack en el Lokomotiv. Con lo mínimo, suficiente. Así estamos.