Gianluca Lapadula en el entrenamiento de esta mañana | Foto: @SeleccionPeru
Gianluca Lapadula en el entrenamiento de esta mañana | Foto: @SeleccionPeru

es actualmente uno de los principales referentes de la y debe estar en el podio de los tres futbolistas más queridos por la afición en la Blanquirroja. El atacante de origen italiano, pero nacionalizado peruano cumplió este lunes 7 de febrero 32 años y aunque no la pasa nada bien en su club, el Benevento; su presente sentimental con la afición peruana es otro: vive un romance pleno a base de su entrega, rendimiento y guiños que conquistan a los hinchas. Es pues, Lapadula, el goleador que parecía imposible de aparecer para tomarle la posta a , el goleador, el capitán, el héroe máximo.

La historia de amor y desamor

El primer contacto con Gianluca Lapadula es una historia de amor fallida. Fue en 2015, cuando Ricardo Gareca, entrenador de la selección peruana, viajó hasta Italia para hacer contacto con el entonces goleador del Pescara, en la Segunda del fútbol italiano. La historia ya es anecdótica: Lapadula rechazó la oferta de la bicolor porque soñaba con jugar la Copa del Mundo de Rusia 2018 con la selección italiana, a donde finalmente fue convocado con un amistoso.

Lapadula, años después, llegaría a ser fichado por el AC Milan, aunque su paso por la selección italiana no tuvo mayor trascendencia. No fue hasta fines del 2020 que la noticia estalló: Gianluca Lapadula anunciaba que había empezado a realizar los trámites de nacionalización para ponerse a disposición de la selección peruana.

En ese entonces la selección peruana ya necesitaba con urgencia alguien que llene el vacío dejado por Paolo Guerrero. Parecía poco probable que un “extranjero” lograra conquistar el corazón del hincha (el antecedente de Cristian Benavente dejaba muchas dudas), menos aún que pudiera hacer olvidar a alguien como Paolo Guerrero, héroe máximo de la selección peruana en la última década.

En el corazón de todos

Sin embargo, Gianluca Lapadula sorprendió a todos. Su garra, su entrega y su entusiasmo febril para jugar con la camiseta de la selección peruana cautivó muy pronto a todos. Treinta minutos ante Chile (derrota 2-0) y titular ante Argentina (derrota 2-0) dispararon las expectativas por un jugador al que podía faltarle todo, menos capacidad de entrega y juego aguerrido en la cancha.

A eso se sumaría su rápida adaptación con el camerino de la selección peruana, ahí sería clave Christian Cueva, que de inmediato hizo “click” y ese entendimiento se vio transmitido en sus redes sociales. En tiempo récord, el delantero encontró afinidad con el plantel y con los aficionados. Así, como la canción de Fito Páez, el amor después del amor, la bicolor encontró a Lapadula como reemplazo ideal frente a alguien que parecía irremplazable como Paolo Guerrero.

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