Christian Cueva volvió a brillar y anotar un gol con la camiseta de Sao Paulo y como por arte de magia los enojos fueron olvidados y en los vestuarios del Morumbí, el volante de la selección peruana departió una cena con el técnico Dorival y tuvo gestos de afecto y reconciliación con los dirigentes del club, que dejaron atrás sus cuestionamientos al futbolista.
Autor del gol para el triunfo 2-0 sobre Botafogo, Christian Cueva inmediatamente después de convertir su disparo penal, celebró con las manos juntas en gesto de perdón, dirigiéndose a la barra de Sao Paulo, reconociendo -lo que ya había hecho con palabras- su error de autoexcluirse del plantel para un partido de la Copa de Brasil, porque no quisieron transferirlo al Al Hilal de Arabia Saudita, publicar un comunicado en su instagram que minutos después borró y justificó como un equivocación de su community manager, y mucho antes, reintegrarse con un retraso de seis días a la pretemporada argumentando compromisos publicitarios, cuando en redes sociales se lo vio disfrutando de momentos de diversión.
La presencia de Ricardo Gareca, técnico de la selección peruana y que vino a Sao Paulo para charlar con Christian Cueva, fue otro motivo más para generar el cambio de actitud en el volante de Sao Paulo.
En la intimidad del club, Christian Cueva departió con el técnico Dorival, sus compañeros Marcos Guilherme, Reinaldo y Jucilei, Diego Lugano, superintendente de relaciones institucionales, Ricardo Rocha, coordinador de fútbol y Fernando Chapecó, director adjunto de fútbol de Sao Paulo para sellar definittivamente las pases.