Apretado como el puño de Carlos Elías con la camiseta de Sport Boys, los hombres del equipo rosado atrapan con sus manos la esperanza que -en la vida- siempre es lo último que se pierde. Porque aún al borde del abismo, es posible sobrevivir y los jugadores lo dieron todo, aunque nadie en el Callao les dé nada.
Apenas con mil espectadores a golpe de vista en el Miguel Grau, Sport Boys salió arropado en su fe y la bendición cayó del cielo de entrada, para que la celebren, la cuiden, la sostengan y la peleen hasta el final frente a un Atlético Torino que pagó el desgaste en esta parte definitoria del torneo.
Grito porteño
Minuto 2, primer tiro libre a favor de Sport Boys. Se para delante del balón un experto en la pelota detenida. Carlos Elías ejecuta y el grito rompió la noche chalaca. ¡Vamos, Boys, carajo!
Este triunfo permite a Sport Boys ponerse a siete puntos de distancia de Atlético Torino, a falta de 12 por jugar, y con ellos soñar con no perder la categoría.
De pronto los planetas se alinearon y el ‘Taladro’ temprano sufrió la baja de Josymar Zegarra, obligando a modificar su sistema. El partido entonces se hizo de ida y vuelta, y Herrera se falló el segundo para el Sport Boys.
A los 37’, Elías realizó un tremendo remate, pero el portero talareño Suárez desvía para evitar el segundo de la rosada. Era más el local y las constantes faltas al borde del área acrecentaron la sensación de que podía sellarse la victoria. Empero, en el arranque de la segunda etapa, Flores cabeceó al palo derecho y el balón pasó rozando ante la angustia de Ferreyra.
El tiempo y el marcador no perdonaron en el Callao. Ni siquiera porque el juez Panta adicionó dos más, porque estaba escrito que Sport Boys tenía que ganar, por ellos, por sus familias, por los verdaderos hinchas, aunque poco les alcance.
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